(Picasso, 1937)
Un desgarrador grito expresionista
donde el dolor refleja alegoría
de la guerra, la muerte y la agonía
que provoca la violencia fascista.
Compone Picasso un “collage” cubista:
piezas teñidas de llanto y terror,
y el caballo en pavoroso estertor
de dantesca síntesis simbolista.
Blanco, negro y grises, tristes colores,
se suman a la angustia y la denuncia,
como Goya hiciera, de los horrores
de una feroz Guerra Civil, que anuncia,
con Guernica, una cruel desolación.
El fascismo sembrando destrucción.