(Dalí, 1925)
Quién seduce a quién en el cuadro. El Mar
sereno, apacible y enamorado,
lanza sus destellos, blanquiazulado
y algo brumoso, en tibio despertar.
Ve una bella joven, vivo fulgor
romántico de pícara mirada,
con la caricia del Sol arrullada
y embriagada del mar y su frescor.
De espaldas, sensualidad y erotismo,
un cuerpo voluptuoso paraliza
el aliento y agita la templanza
en homenaje al clásico realismo.
Y una joven en toda su pujanza
que nuestra mirada imanta y hechiza.