Acabo de venir “volando” de una celebración familiar en La Barrosa (Chiclana de la Frontera, Cádiz), en la que mis cuñados, Juani y Jesús, han celebrado sus 50 años de casados (lo hicieron el 5 de agosto de 1972), cifra muy alta y no demasiado frecuente para los emparejamientos que se llevan hoy en día, en donde la rotura matrimonial está casi garantizada desde el principio…
Ha sido un encuentro familiar entrañable en el que hemos hablado y reído larga y serenamente, recordando momentos claves de nuestra común historia familiar y que se ha visto reforzada por una opípara comida en un restaurante muy chic, junto al mar, y a cuyos postres ha sonado (de su propia voz) el completo y bien elaborado soneto de Pepe, nuestro poeta familiar, que ha sabido resumir maravillosamente el medio siglo de navegación conjunta de los celebrantes, a la que se le han ido añadiendo sus dos hijos (Jesús y Raquel), la nuera (Gema) y una preciosa nieta (Alba) formando una familia nuclear indestructible que goza de una salud anímica y emocional inmejorable.
Los nuevos postres de helados y bombones, ya en su casa, han endulzado aún más el buen ambiente que respirábamos, así como los vídeos grabados, las múltiples fotos tomadas y las nuevas palabras de felicitación y recuerdo de todos serán siempre un inagotable y melancólico venero del que beber y/o aspirar cuando se presenten momentos difíciles o complicados.
Un pacto, un compromiso y una promesa de vida es lo que habéis alcanzado, Jesús y Juani, al saber celebrar victorias y derrotas, tristezas y alegrías… consiguiendo superar todas las adversidades y obstáculos que se interpusieron en vuestro camino. Vuestro matrimonio feliz es una larga conversación que siempre parece demasiado corta…
¡Felicidades, Juani y Jesús, por vuestras bodas de oro! Dios os bendiga y que la salud os acompañe para que podáis celebrar, con ilusión renovada, las bodas de titanio.
Sevilla, 10 de septiembre de 2022.
Fernando Sánchez Resa