(A.Renoir, 1876)
La clara luz, unida a la alegría
y al color, baña la obra de Renoir,
modelo impresionista popular:
pintura y democracia en sintonía.
El baile del “Moulin de la Galette”
combina animación con elegancia.
Y Montmartre canta la exuberancia
de la vida, que vuela “comme une alouette”.
El dibujo y su color luminoso
siguen de los bailarines la estela
y el ritmo y el movimiento bullicioso
que en esta escena festiva revuela;
inspirada, quizá, en el rococó:
el estilo galante de Watteau.