(Ingres, 1814)
Ingres, un gran pintor y dibujante
bebe en la fuente del neoclasicismo,
pero nos acerca al romanticismo
al que aporta su exotismo elegante.
El cuadro, La odalisca recostada,
hunde raíces en el manierismo
del Greco y de Tiziano. Y el cubismo
de Cézanne, contrae deuda elevada.
El alargamiento de sus figuras
y el fino estilismo orientalizante
es una síntesis de las pinturas
de desnudos más bellas y excitantes:
Fornarina, su inspiración lejana,
y la maja de Goya, más cercana.
La elegancia, el dibujo y el color
son su patrimonio y su esplendor.
De Manet y Modigliani, el mentor.