Ya nuestro afamado poeta Jorge Manrique, en su conocidísima obra “Coplas por la muerte de su padre” nos decía, sabiamente, entre otras cosas:
“Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,…”
“Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir,
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;…”
Por eso, en estos crudos momentos, Marga, nos encontramos todos anonadados y muy tristes, especialmente tu esposo Antonio y tus hijos Fernando y Pablo, tras tu fallecimiento el pasado sábado, 21 de agosto, en Úbeda, tu ciudad de nacimiento (y a la que tanto amabas, especialmente, a su Virgen de Guadalupe), mientras que muchos nos encontrábamos en la diáspora del veraneo obligatorio…
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