Cuando llegue septiembre…

Tengo la suerte de disfrutarte, Saúl, todas las mañanas por esta bella Sevilla, hoy tan huérfana de turistas (por la dichosa pandemia) que te piropeaban por doquier (aunque siguen haciéndolo alegremente autóctonos y nacionales), mientras vas caminando (agarrado del gorro por mi persona, para que tu trote ágil y desbocado no tenga fatales consecuencias), con gran admiración y regocijo de los viandantes que se cruzan en tu camino; o en tu cochecito, palpando siempre el cercano ambiente con tu sonrisa y candor especiales.

Continuar leyendo «Cuando llegue septiembre…»