Ya nos lo decían (y bien que lo comprobamos) en la mili: “Al peor soldado, hazlo sargento”. En la compañía no se movía nadie con tal de no salir en la foto. Bromas y puntualizaciones aparte, lo que la pandemia nos está mostrando y enseñando cada día que pasa es proverbial: que con estos diecisiete reinos de taifas hispánicos y sin estética ni ética adecuadas no se puede vivir ni mantener en pie nuestro país y planeta; pero muchos políticos -en general- y bastantes ciudadanos -en particular-, no acaban de enterarse de qué va el asunto. No hay nueva normalidad sino antigua anormalidad, diría yo, tanto en el comportamiento político como el social y personal, salvo honrosas excepciones; que las hay…