Por Margarita Latorre García.
Hace casi dos años que, por motivos familiares, tuvimos que mudarnos a Sevilla. Así que después de buscar en internet, que sabe y tiene de todo, por fin encontramos, en la zona más céntrica de la capital hispalense, un pisito donde acomodarnos.
Quien me conoce sabe que los cambios me cuestan horrores y que otra cosa que me supera es orientarme en un sitio nuevo. Al principio, me conformé con saber ir a casa de mi hija y poco más; siempre que salía a otros sitios era acompañada por mi marido; así descubrí, con gran sorpresa, que la calle Sierpes, de la que tanto había oído hablar, estaba muy cerquita de donde vivimos.