Por Fernando Sánchez Resa.
En un frío y soleado sábado de invierno (12 de enero de 2019), Dios ha llamado a su presencia a Ginés de la Jara Torres Navarrete, un ciudadano “cinco estrellas”, un hombre sencillo que se ha hecho a sí mismo autodidacta cien por cien, y especial amante de tres ciudades de la Loma de Úbeda, siendo Hijo Predilecto de Sabiote y Adoptivo de Torreperogil y Úbeda y Cronista Oficial de las Villas de Sabiote y Torreperogil, para que, con su docta y potente voz, explique a toda la corte celestial, mediante charla improvisada, el misterio que albergaba su privilegiada mente y su ancho corazón, al igual que el de la Santísima Trinidad…
Y él se ha ido presto hacia arriba, una vez cumplida su larga misión en la Tierra, tras 89 años de laborar intensamente en tantísimos campos de la vida (agricultura, pintura, familia, escritura, genealogía, investigación…) para dar su primera lección magistral como cronista, escritor y conferenciante avezado. Si el Sumo Hacedor, por mediación de sus padres, le había entregado -al nacer- unos cuantos talentos, él los ha sabido multiplicar y se ha presentado con las manos llenas de buenas acciones y obras.
Siendo yo un muchacho, tuve la suerte de conocerlo en su casa de Torreperogil, mientras él era un empedernido enamorado de la cultura e historia. Desde entonces, quedé prendado de su sabiduría e ímpetu para todo. Siempre sería para mí una crucial referencia, cual padre cultural que nunca dejaría de admirar. Su charla era un continuo florecer de ideas y datos interesantes con esa memoria prodigiosa que poseía, pero que, por desgracia, ninguno de sus hijos -no sé si alguno de sus nietos- ha heredado…
Era un hombre que, juntamente con su esposa, supo bien educar y sacar a delante a sus cuatro hijos; y que no dudó un instante en venirse a vivir a Úbeda para que sus estudios fuesen menos costosos y, luego, volverse de nuevo a su Torreperogil querido, villa de nacimiento de su esposa e hijos, para seguir cronicando eventos pretéritos o presentes, investigando y escribiendo libros con esa facilidad y familiaridad pasmosa que le caracterizaba. Era darle una pequeña pista y se lanzaba al vuelo, como el gorrión en busca de comida sustanciosa con la que alimentar a sus crías, proporcionándote toda clase de información. Las puertas de su casa y despacho de estudio siempre estuvieron abiertas para investigadores y estudiosos, aunque, como suele ocurrir en la vida, alguno incluso copiara parte de sus inéditas investigaciones y se lucrase con ello, sin mencionarlo. Pero como la vida pone a cada cual en su sitio, él ha permanecido siempre en el lugar preferente que le corresponde y ha sido valorado por todo el mundo al ser un incansable generador de cultura, un fénix de la investigación y la crónica, dejando un legado impresionante para futuras generaciones: “Breve historia de la Villa de Sabiote”; “Historia de la Muy Ilustre Villa de Torreperogil”; “Historia de la aparición, romería y voto de Sabiote a su patrona la Virgen de la Estrella”; “Historia de Nuestra Señora de Guadalupe, Señora de las Aguas, Patrona de Úbeda”; “Historia de Úbeda en sus documentos” (siete tomos); “Habla popular de La Loma y el ayer del campo”; el “Apéndice a la historia de la Muy Ilustre Villa de Torreperogil”.
Y no quiero olvidar esas mañanas enteras recopilando datos, en el Archivo Histórico Municipal de Úbeda, para sus futuros libros y colaboraciones literarias (como me ha recordado el buen amigo Antonio del Castillo Vico), que han sido recompensadas aquí, en la Tierra, con numerosos reconocimientos: primer premio del Concurso Nacional del VI Centenario de la Aparición de la Virgen de Guadalupe (1981); primer premio literario convocado por la Casa de Úbeda en Madrid (1983); premio “Ibáñez Fantoni” por sus colaboraciones en la revista Gavellar (1983); segundo premio de periodismo “Ciudad de Úbeda” (1985); “PREMIO A LA INVESTIGACIÓN LOCAL” de la Asociación de Cronistas Reino de Jaén…
Sin olvidar sus conferencias en Morón de la Frontera, Úbeda, Navas de San Juan, Bedmar, Rus, Sabiote, Torreperogil, Sevilla (Expo 92-Pabellón de Andalucía), Casa de Jaén en Granada; y que fue Pregonero del Carnaval de Torreperogil, Semana Santa de esta Villa y de la de Sabiote; académico de la Bibliográfica Mariana Virgen de la Capilla de Jaén; en el Monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos) fue cruzado Caballero Hijosdalgo de Río Ubierna e Infanzón de Vivar del Cid, por el Maestre del Muy Ilustre Instituto D. Antonio Llano Gallo; Miembro del Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas de Lima; Miembro Honorario de la Corporación Internacional de Amigos de la Genealogía de Quito, Ecuador.
Ha dejado bastantes trabajos inéditos que necesitarán de manos amigas para su culminación. Atesoraba también copioso material histórico y genealógico, fruto de sus investigaciones, con centenares de expedientes de múltiples linajes de los pueblos de la Loma de Úbeda, lo que constituye un tesoro documental inigualable.
Se nos fue un gran amigo, una persona irrepetible cuyo hueco nadie lo podrá sustituir, pues Ginés era un hombre de sólidas convicciones religiosas, políticas, culturales, estéticas, filosóficas…, que siempre supo defender a ultranza, con su valentía demostrada, y que tuvo una vida fundamentada en el amor. El amor a su familia y a sus tres queridos pueblos-ciudades-villas; y un henchido apego a la cultura, la historia, la genealogía, la heráldica…, siendo una auténtica “memoria viviente”, tanto del pasado más reciente como del más pretérito y remoto. Siempre supo plantarle cara a la vida y encararla de frente, con su fuerte carácter y su potente voz que solo la muerte ha podido apagar.
La provincia de Jaén está de luto, pues se nos ha marchado una “memoria histórica” de todo lo acontecido en sus tres queridos pueblos. Por eso quiero, desde aquí, darle mi más sentido pésame a Lucía, su amada esposa y a sus queridos hijos: Luis Juan, Francisco Javier, Ana María y Miguel Ángel y nietos, pues su pérdida ha sido tan enorme que, como dice la canción de Alberto Cortés: “Cuando un amigo se va queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo…”; (y más si es esposo, padre o abuelo).
¡Descansa en paz, Ginés de la Jara Torres Navarrete! Tus familiares, admiradores y amigos nunca te olvidaremos: nos has dejado tanto material para recordarte…
Sevilla, 13 de enero de 2019.