“Magallanes y la primera circunnavegación de la Tierra”, 01

Por Fernando Sánchez Resa.

El Ayuntamiento de Sevilla a través de su dinámico Distrito Casco Antiguo ha programado ocho rutas nocturnas teatralizadas, con el título genérico “Sevilla te cuenta su historia”, para que el otoño sea más cultural y entretenido a los vecinos que la habitan y quieran asistir; y, además, de forma gratuita.

“Don Juan Tenorio”, “La Alameda nos habla”, “Magallanes y la primera circunnavegación de la Tierra”, “Murillo y el barrio de Santa Cruz”, “Bécquer y el barrio de San Lorenzo”, “Una visita temida: la peste”, “450 años del Giraldillo” y “Cuentos y leyendas de la navidad en Sevilla”, son sus títulos.

Empezando por “Don Juan Tenorio”, que se iba a celebrar el pasado 31 de octubre, pero que fue suspendida, por la tarde lluviosa y fría que hizo, y cambiada para otro día, a determinar; hasta la última, “Cuentos y leyendas de la Navidad en Sevilla”, que será el 7 de diciembre, todo vecino del centro ha tenido la posibilidad de apuntarse a dos de ellas, más dos, en reserva.

A mí, particularmente, me hubiese gustado asistir a todas, por esta ansia que tengo de enterarme de todo lo que en Sevilla se cuece, culturalmente hablando; mas, como no me va a ser posible, haré las que me correspondan y trataré de cronicarlas. Por eso, hoy, voy a relatar “Magallanes y la primera circunnavegación de la Tierra”, que fue ayer, a las nueve de la noche, junto a la Torre del Oro, donde nos concentramos un buen número de asistentes, a pesar del fresco reinante, puesto que la cultura tiene gran poder aglutinante, para ser enterados de su historia y anécdotas por el narrador del cuadro teatral que nos acompañó todo el recorrido; aunque yo, de forma particular e intencionada, la alargaré, rectificaré y detallaré mucho más que la que ellos nos representaron y contaron.

El joven narrador Pigafetta nos explicó que la Torre del Oro es una torre albarrana, situada en la margen izquierda del río Guadalquivir, con 36 metros de altura. En referencia a su color dorado, que se reflejaba sobre el río, durante las obras de restauración de 2005, se demostró que este brillo era debido a una mezcla de mortero de cal y paja prensada y no a la falsa leyenda de tener un revestimiento de azulejos. Está formada por tres cuerpos. El primero es dodecágono, y fue construido entre 1220 y 1221 por orden del gobernador almohade de Sevilla, Abù l-Ulà. El segundo, también dodecágono, fue mandado construir por Pedro I, “El Cruel”, en el siglo XIV. Y el cuerpo superior, cilíndrico y rematado en cúpula dorada, fue construido en 1760 por el ingeniero militar Sebastián Van der Borcht tras el terremoto de Lisboa en 1755. En su conservación ha sido importante la labor de la Armada, encontrándose actualmente en buen estado de conservación y albergando el Museo Naval de Sevilla.

 

El elenco teatral, constituido por cuatro jóvenes actores masculinos, mostraron a los asistentes la historia de este descubrimiento mediante un pequeño viaje de circunvalación pedestre a través de la Sevilla amurallada, por la zona que la defendía del río y de sus incursiones guerreras, incluidas las vikingas (que fueron dos), a través de ocho estaciones: junto a la Torre del Oro; en el resto amurallado de la Torre de la Plata; ante la Real Casa de la Moneda (donde parece que hay duendes, puesto que siempre que se libra dinero para arreglarla desaparece); bajo el arquillo de Mañara; en los bajos en donde estuvo el colegio San Miguel; el Postigo del Aceite; ante el cuartel de artillería; y a los pies de la Torre del Oro, junto al río Guadalquivir, como broche final. Todas las paradas nos sorprendieron por los discursos del narrador o las representaciones de sus tres actores, imaginándonos a Fernando de Magallanes solo (contándonos sus batallitas) o juzgando a los promotores del motín que se produjo en la bahía de San Julián, en la Patagonia, en donde el inspector de la expedición, Juan de Cartagena, secundado por tres tripulantes: Luis de Mendoza, tesorero; Antonio Coca, contador; y Gaspar de Quesada, se negaron a seguir adelante. Magallanes lo resolvió con astucia, pero fue severo con los cuatro cabecillas del complot, condenando a muerte a Gaspar de Quesada y desterrando a Juan de Cartagena; y, en la escena final, cuando Juan Sebastián Elcano nos habló, con total sinceridad y franqueza, tras la alegría de haber conseguido ser el primero en dar la vuelta al mundo (siendo una de las muchas aportaciones que España ha realizado a la ciencia universal, demostrando empíricamente que la tierra es redonda), recibiendo por tamaña hazaña una cuantiosa renta anual y un escudo de armas cuya cimera, un globo terráqueo, llevaba impresa la leyenda Primus circumdedisti me (El primero que me diste la vuelta). Aunque hay quien dice que Elcano era zafio y mal educado y el rey le dio largas en recibirlo; y que, en realidad, parece ser que fue Enrique de Malaca o de Molucca, también conocido como Enrique el Negro (1495-¿?), que fue intérprete y esclavo de Fernando de Magallanes. Se discute si realmente dio la vuelta al mundo, siendo la primera persona en circunnavegar el globo, al regresar en 1521 a las Filipinas, antes que Juan Sebastián Elcano regresase en 1522 a España. No se sabe más de él, pues, cuando murió su amo Enrique, se sintió liberado y desapareció de la expedición. Por lo tanto, ésta sí que sería la primera expedición en circunvalar la Tierra; de eso no cabe duda.

fernandosanchezresa@hotmail.com

Deja una respuesta