Por Fernando Sánchez Resa.
Casa Biedma, hoy conocida como Grupo Biedma, 4, S.L.
Era un mozalbete de doce años cuando llegué a esa casa artesanal de Úbeda, nacida como guarnicionería(donde se hacían o vendían guarniciones para las caballerías y objetos de cuero, como maletas, bolsos, correas, etc.) y talabartería (donde se fabricaban talabartes -cinturón del que cuelga la espada o el sable- y otras correas y objetos de cuero).
Cuando yo entré a trabajar, antes de 1936, estaban unidos José y Fernando Biedma Moya, hasta que en 1940 la fundó el primero. Fue tomando brío a partir de la contienda civil y creciendo exponencialmente, constituyéndose en un referente de gran tienda o almacén antes de que llegaran los grandes almacenes a colonizar nuestra ciudad; incluso, hoy en día, sigue valientemente luchando en la dura brega comercial. Entre la gente de Úbeda y alrededores era sabido que si querías buscar con seguridad algún artículo, no había duda: en Casa Biedma lo encontrarías. Hoy está dividida en tres secciones: José Biedma Moya S.L.,Ferretería Biedma y Almacenes J. Biedma S.L.; pero antaño fue solo una empresa sólida y ascendente que después los hijos y nietos han heredado, ampliado y reformado.
Principio del formulario
Principio del formularioFinal del formEntré de pinche de los recados o muchacho para todo hasta que aprendí el oficio de albardonero (conjunto de guarniciones de las bestias de tiro) cuando era preciso dotarlas de todos sus atalajes pues eran imprescindibles en las labores agrícolas y de transporte. Mi trabajo lo ejercía, primeramente, en solitario, en el piso superior y, después, en el taller comunitario con varios de mis estimados compañeros de los que guardo grato recuerdo y que casi todos andan ya conmigo gozando del descanso eterno (Rafael, mi hermano Juan, Pablo, Agustín, Juanete, etc.). Luego, como había que irse adaptando a los tiempos nuevos, fue creciendo la empresa y florecieron varias sucursales de su venta al detall (o al por menor) en el domicilio originario de la Corredera de San Fernando y al lado del Guardia de la Porra (cruce calle Trinidad-Torrenueva con avenida de la Libertad-Ramón y Cajal), mientras que también se vendería al por mayor en los Almacenes J. Biedma S.L., en la antigua carretera que sale para Torreperogil.
Primeramente estuve unos años en el taller de lo alto de la Corredera de san Fernando (frente a la iglesia de la Trinidad) gozando de unas vistas extraordinarias y con bastante tiempo para elucubrar; luego me mudaron, otros pocos años, a lo bajo de la Corredera (en donde hoy está Ferretería Biedma S. L., creada por la tercera generación de emprendedores Biedma), hasta que me fui definitivamente, con mis compañeros (Soria, Alfonso…) y mi jefe, Antonio Biedma Campos, a la Cañada del hielo, frente a la Barriada de la Puerta del Sol, por donde pasaba la antigua carretera de circunvalación, saliendo para Torreperogil, mientras la vida iba dándome más alegrías que tristezas, hasta que cogí la jubilación anticipada a los 60 años. Por cierto, doné a la antigua Escuela de Artes y Oficios de Úbeda mi amado telar pensando que allí tendría mejor vida…
¡Qué reconfortantes momentos pasé con mis buenos amigos y compañeros, tanto en el taller -en el que había unos carteles en la pared para recordarnos lo que debíamos hacer: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy…”, “Al que madruga, Dios le ayuda”, “La recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajo bien hecho”…– como de vendedor al por mayor, conociendo a tanta gente interesante y emprendedora de otros pueblos y ciudades de nuestra querida provincia giennense! Por destacar a alguno, tuve el honor de conversar y atender, varias veces, al afamado pintor quesadeño, Rafael Zabaleta, pues venía a hacer sus compras al almacén donde yo trabajaba. Era un hombre muy educado y culto…
Las aventuras que vivimos todos, las bodas o celebraciones a las que asistimos y las cervecitas o los chatos de vino, con tapitas o raciones, que nos tomamos, siempre estarán en el dulce recuerdo de todos nosotros y de nuestros familiares, pues mientras Úbeda iba creciendo por el extrarradio norte y oeste, su monumentalidad y valía, aún teniendo irreparables pérdidas por desidia o dejanza de autoridades y ciudadanos en la zona histórico-artística, no obstante, se iba encaminando para conseguir ser “Patrimonio de la Humanidad” en 2003.
fernandosanchezresa@hotmail.com