La Sevilla romana, y 3

Por Fernando Sánchez Resa.

Debajo de esta plaza, en la que nos encontramos, hay tres cisternas de agua que se pueden visitar por EMASESA. Es una obra pública del estado romano, juntamente con las termas, que estaban alrededor del foro. En sus alrededores, había tabernas fresquitas para solazarse… Esto era como un castillo de agua, no un aljibe subterráneo, rodeado de murallas y el agua se distribuía perfectamente. (Mientras estamos escuchando las doctas explicaciones del guía, se oyen canciones destempladas con guitarra, en los bares cercanos, que nos transportan a otros tiempos y latitudes).

Todo se aprovechaba aquí: cada cultura o civilización usaba las de los anteriores y van superponiéndose civilizaciones y culturas, aunque el río Guadalquivir nos tiene muy limitados…

Nos habla ahora del garum que hoy en día y antes era una delicatessen. Es una salsa semisólida, pescado griego (la caballa que se romaniza como garum) y una comida costosa y de lujo. Se hacía en la Encarnación con alevines de salmonetes, anchoítas… Las tripas del atún se sacaban y se echaban a una tinaja de barro, se le echaba sal, se removía, se le echaban las pececillos y se tenían de tres o cuatro meses al sol y se removía con yerbabuena, hinojo, plantas aromáticas y se iba macerando y ése era el líquido bueno. Había 10 o 12 tipos de garum, que también se usaba en cosmética, medicina y como alimento afrodisíaco. En 2014 se comercializa el garum. ¡Cómo se nota que Manuel es un especialista en guisos y comidas…!

Nos habla de las comidas que tradicionalmente hacía el romano. En la mañana, se servía un desayuno; al mediodía, un pequeño almuerzo; y al atardecer, la comida principal del día, la cena, que era la más importante para ellos. ¡Cómo hemos ido cambiando! La cena era una cosa bárbara para los ricos. De ahí que, cuando se acababa, decían Carpe diem. Luego, había ágapes y en ellos estaba permitido eructar, orinar, defecar, etc.

Según nuestro guía, las bacanales no eran tan tremendas como las pintan; son más bien leyendas urbanas y cinematográficas. Nos habla de la gracia y belleza de las bailarinas gaditanas, con las castañuelas tocando maravillosamente, y del aguamiel, la serie de vinos y el aceite bético (el Monte Testaccio, en Roma, está hecho de vasijas de aceite de la Bética)… Han quedado muchas raíces culinarias.

El palacio renacentista, con fuente en medio, es herencia romana. La construcción árabe, por su carácter, era más cerrada. La distribución, a través de la galería, se empieza a construir escogiendo o imitando el patio romano, en el siglo XVI. En internet hay mucho arte culinario romano y, ocasionalmente, se celebran fiestas y ferias romanas.

Y llegamos a la quinta parada, a las espaldas del Salvador, en la Plaza del Pan. No se sabe seguro, pero esta parte era la zona comercial por excelencia, pero no hay un documento que lo acredite como algo romano. (Molesta mucho el personal que tapea o pasa hablando fuerte y sin tener consideración al turista o autóctono).

Aquí podría haber un cementerio o necrópolis romano, aunque no hay restos, ya que se incineraban por las modas de aquellos tiempos. Los restos humanos que hay de la iglesia del Salvador son de la mezquita anterior…

Al fin, llegamos a la sexta y última parada. Nos paramos bajo el paraguas de la segunda Seta. Manuel habla ahora de fantasmas y sirenas, ya que en un tiempo hizo rutas de misterio en las que no cree, aunque cada cual es libre de hacerlo —faltaría más—. Nos refiere también el mal de ojo y cosas similares, pues la hora lo pide…

Hemos empezado a ocho metros de altura sobre el río Guadalquivir, en la Plaza de Armas, y ahora nos encontramos en otra meseta imaginaria de diez o doce metros.

Todos sabemos cómo funcionaba la religión romana: mezclando sus dioses paganos con los de sus pueblos conquistados; «Un poco como ahora, más o menos, hacemos», bromea. Eran muy religiosos y creyentes; tenían dioses para todo. Es Constantino, hijo de Elena, quien ordena que no se persiga al cristiano. Ahí tenemos a las santas Justa y Rufina, al obispo Sabino, etc. El cristianismo, durante el siglo IV, se va introduciendo paulatinamente y es en los siglos VI y VII cuando se hace oficial del imperio romano.

Es el emperador romano Teodosio, nacido en Segovia en el 347, quien declaró el cristianismo como religión oficial de Roma. Son los romanos los que traen el cristianismo a España. El emperador Constantino, al abrazar el cristianismo, da un vuelco a la historia, con consecuencias que llegan hasta hoy.

Los romanos nos dejaron nuestro actual idioma y nuestra religión.La conversión al catolicismo de Recaredo se produjo en el 587 y, tras él, la nobleza goda del reino visigodo de Toledo también abjuró de su fe cristiana arriana anterior.

Nos habla del busto romano encontrado recientemente en Dos Hermanas, así como de los restos que encontraron en Aquarium. La primera fase de construcción de Metropol Parasol (Las Setas) dejó al descubierto restos visibles de gran parte del período romano, desde Tiberio (30 DC) hasta el s. VI, así como una casa islámica almohade de los siglos XII y XIII.

Los restos arqueológicos están ubicados de forma que permiten transmitir la sensación de estar en los espacios en los que pervivieron nuestros antepasados, como si el visitante bucease en el mar. Antiquarium ofrece un paseo arqueológico que contiene todos los restos encontrados: la factoría de salazones del siglo I; el conjunto de casas y calles romanas de los siglos II al VI; la Casa Almohade de la Noria del siglo XII/XIII; y otros elementos extraídos como los mosaicos, hornos, fuentes…

Aquí había salazones, basílicas, fábrica de lámparas…, acorde con el crecimiento de la ciudad y el río, en donde se han ido superponiendo culturas y civilizaciones.

Nos habla de una colección de libros, sobre la Historia de Sevilla —de la universidad hispalense— muy interesante, que comienza en esta época y sigue hasta los siglos XVIII y XIX. Es donde está la historia de todas las civilizaciones de Sevilla más genuina. Nos muestra un ejemplar de Antonio Blanco Freijeiro.

Ya toca la despedida, pues son las once en punto de la noche, por lo que damos un cerrado aplauso a nuestro docto guía. Sigue el fresquito reinante que nos ha acompañado durante todo el recorrido, aunque no sabemos si volveremos a disfrutarlo en futuras visitas veraniegas. Y Manuel nos adelanta una primicia: a partir de octubre, se van a realizar siete rutas teatralizadas, nocturnas y diurnas, tituladas “Sevilla te cuenta tu historia” (Las columnas de Hércules y Julio César; Murillo, Juan Tenorio…); y también en Navidad, centrada principalmente en los niños.

Cada mochuelo se va a su olivo o a donde le viene en gana. La noche todavía es joven y ha sido hartamente provechosa. ¡Gracias, Manuel Ramírez Rubio, por su paciencia y sabiduría infinitas!

Sevilla, 3 de julio de 2018.

fernandosanchezresa@hotmail.com

Deja una respuesta