Por Salvador González González.
He de reconocer que me gusta más al hablar de lo que esta palabra significa, empleando la de la «aldea global», en lugar de la referida en el título de estas reflexiones personales. ¿Por qué? Pues porque, efectivamente, el mundo en que vivimos, para mí se ha convertido en una enorme aldea en la que cabemos y convivimos todos; somos vecinos, de una manera o de otra, unos más cercanos que otros, pero de la misma aldea: el planeta Tierra.