Por Fernando Sánchez Resa.
Magnífica y destacada estudiante; aún mejor hija y amiga; aquilatada amante de sus dos grandes amores urbanos: Canena y Úbeda, que tanto montan…; excelsa maestra, por encima de todo, y gran amiga de sus queridos alumnos que siempre la recordarán por su genio vivaz, sus regaños sinceros y su pronto y resolutivo perdón…
¡Qué hubiera sido de este colegio sin tu imprescindible e insustituible servicio a lo largo de todos los cursos que has regalado a alumnos, padres y compañeros, siempre dando amor, calor, alegría y color a todas las fiestas y celebraciones escolares, especialmente las de fin de curso, memorables todas, que nunca podrán olvidarse…! Y más, con esa dedicación y esos especiales temple y celo para ir preparándolas; al igual que los viajes de estudios a los alumnos, de los que seguro eres campeona…
Viniste de tu periplo profesional por tierras onubenses y giennenses, donde siempre has cosechado múltiples amigos que te recordarán siempre; y en nuestro cole aún más, en donde has entregado tu musical presencia y docencia y al que siempre has amado, habiendo sido correspondida con largueza…
Mas no temas, Aurora; tienes asegurado tu celestial futuro: llevas bien repletas tus alforjas profesionales y humanas y siempre podrás decir como el poeta chileno Pablo Neruda: «Confieso que he vivido…»; pero, ¡qué vida más completa, trabajada y feliz…!
Foto de Antonio Santos Zaragoza.