Las islas inventadas, 07

Por Manuel Jurado López.

 

CUENTO INFANTIL

La calle que nos lleva hasta la Luna

no es de plata ni de bisutería;

no es la gran avenida de los cuentos

por donde van los duendes y las hadas.

Es una calle negra, un ancho tallo

de sombra que acaba en una flor pálida

que devora los sueños de los niños.

 

 

RECOMENDACIONES

Di, ¿cuándo vas a sentar la cabeza

y acostarte a una hora prudente,

y amar a una sola mujer,

y a recoger tu cuarto

y a cuidar de tu ropa,

tus palabras,

a no escupir de lado,

y acudir al barbero,

y a no dejar por medio

los besos desechables,

las pastillas para dormir

o los poemas sucios

sobre la lavadora?

Yo ya no tengo edad, y estoy cansada

de ir detrás de ti, como una madre.

 

DIAZEPAM

Una noche tranquila

gracias a los somníferos,

las píldoras que nublan

la realidad hiriente

y recogen las islas

inventadas u oscuras

dentro de una pecera.

Caer en el espacio

mullido de las tibias

palomas con plumones

de seda. Descansar,

sin saber que los sueños

son un palacio oculto.

Ataviado de paje,

acudí a los salones

donde el rey era un tigre

sumido en su tristeza

y yo solo su intérprete.

Qué sencilla la noche,

qué difícil echar

las sábanas a un lado

y ver la luz del día.

juralopez42@msn.com

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