Por José María Berzosa Sánchez.
3.2. Características del léxico.
32.1. Administrativo.
32.2. Burocrático.
32.3. Científico.
32.4. Jergal.
32.5. Jurídico.
32.6. Literario.
32.7. Periodístico.
32.8. Publicitario.
32.9. Técnico.
3.3. Miscelánea.
33.1. Variaciones morfo—semánticas.
Uso de palabras cuyo significado y significante no se corresponden según el uso común.
A).
«El experto en su obra Nils Grinde ha señalado, por ejemplo, que el primer movimiento está «construido a partir de siete ideas temáticas diferentes, y aunque algunas de ellas están relacionadas motívicamente, existe también una gran cantidad de material contrastante … »».
La Gran Música paso a paso: Edvard Grieg. Madrid, Club Internacional del Libro, 1994.
El traductor ha sufrido la influencia de dos palabras, emotivamente y motivadamente, que a su vez, desde el original traducido, le han llevado a este extraño motívicamente.
B).
«¿No le suena ninguna de esas caras? Fíjese bien. Muchos de ellos rondan cerca de los colegios. Alguno puede incluso haberla molestado a usted».
Plenilunio. Antonio Muñoz Molina, Madrid, Alfaguara, 1997.
El uso de la expresión coloquial sonar —en vez del verbo reconocer— que aquí aparece en un contexto de conversación formal, es indicio del deseo del locutor por equipararse afectivamente con su oyente.
33.2. Expresiones tópicas.
Son frases estereotipadas o referencias comunes que utilizan los interlocutores, acomodándose al nivel del lenguaje que utilizan.
A).
«—Qué vergüenza, no me toques ahí, estoy celulítica perdida«.
La tempestad. Juan Manuel de Prada, Barcelona, Planeta, 1997.
B).
«—¿Quién te ata? ¿Gabetti? Los hijos abandonan a los padres, tarde o temprano. Es ley de vida«.
La tempestad. Juan Manuel de Prada, Barcelona, Planeta, 1997.
33.3. Tratamientos.
333.1. Tuteo.
Dirigirse a una persona empleando el pronombre de segunda persona tu. Con su uso se borran todos los tratamientos de cortesía y de respeto, para potenciar los de confianza y afecto. A veces, el tuteo puede ser utilizado con valor despectivo.
A).
«—Espero que no le pague así a los estafadores con los que trata.
— Tutéame —me ordenó».
La tempestad. Juan Manuel de Prada, Barcelona, Planeta, 1997.
B).
«Recurrió al tuteo como forma de crueldad:
—Perdona, pero eres un ingenuo».
La tempestad. Juan Manuel de Prada, Barcelona, Planeta, 1997.
C).
«—Nada. ¿Cómo se llama el hombre que acompaña a tu marido?
Había recurrido al tuteo, que hasta entonces había descartado en mi trato con Giovanna Zanon, instado por esa urgencia patética de quien necesita captarse aliados, pero ella se lo tomó como un signo de claudicación o reblandecimiento».
La tempestad. Juan Manuel de Prada, Barcelona, Planeta, 1997.
333.2. Usteo.
Uso del sustantivo personal de tercera del plural, ustedes, por el de segunda, vosotros. No se trata de un tratamiento de respeto, sino una forma añadida para marcar el paso del singular al plural.
A).
«Ella retiró el brazo; lo cruzó sobre el pecho y mantuvo el otro caído, moviendo nerviosamente los dedos sobre el muslo y buscando caras y figuras reconocibles en las nubes y tú tomaste a Franz de la mano y lo llevaste hacia la atalaya de Xochicalco. Subieron y al escucharlos las cabras descendieron velozmente de las ruinas que por lo general habitan en paz. Sus patas sonaron como piedra sobre piedra y ustedes subieron despacio por el sendero y la ladera de abrojos…».
Cambio de piel. Carlos Fuentes, Madrid, Alfaguara, 1994.
333.3. Voseo.
Hablar de vos a alguien, según sean los rangos sociales de cada interlocutor, ha pasado por diferentes interpretaciones.
Como tratamiento de menosprecio:
A).
«Finalmente, con una no vista arrogancia, llamaba de vos a sus iguales y a los mismos que le conocían».
Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes Saavedra, Barcelona, Planeta, 1962, primera edición.
B).
«¡Desdichadas de nosotras las dueñas; que aunque vengamos por línea recta, de varón en varón, del mismo Héctor el troyano, no dejarán de echarnos un vos nuestras señoras, si pensasen por ello ser reinas!».
Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes Saavedra, Barcelona, Planeta, 1962, primera edición.
Como tratamiento de respeto:
A).
«—Tío y sobrino, que andaban agarrafados por el protagonismo de la hazaña, como si el protagonista no fueseis vos, han vuelto a agarrafarse por el lema que cada uno ha escrito debajo del escudo».
El manuscrito carmesí. Antonio Gala, Barcelona, Planeta, 1995.
Como tratamiento de igualdad:
A).
«—¿Y qué es eso? —dijo Talita que ahora comprendía ciertos escamoteos y un cajón con doble llave—. Vos me escondés tus lecturas, es la primera vez que ocurre desde que nos casamos».
Rayuela. Julio Cortázar, Barcelona, EDHASA, 1979, octava edición.