Por Salvador González González.
¿Podría demandarse por daños y perjuicios a los dirigentes de la clase política por los daños y perjuicios producidos por la ausencia de gobierno?
Planteo esta hipótesis, sabedor del poco recorrido que en la práctica tendría una demanda de estas características contra los principales dirigentes de los partidos, sobre todo de aquellos en cuyas manos está la responsabilidad y posibilidad de hacer posible, bien por acción u omisión, la existencia de un ejecutivo que gobierne.
No hay que olvidar que el gobierno se articula a través de una mayoría parlamentaria; por tanto, recae dicha formación en los diputados que conforman el Congreso; es a ellos a los que se les puede y debe exigir que pongan las mimbres necesarias para dicha formación, máxime cuando el pueblo soberano al que se le ha hecho ir ya dos veces a votar ha marcado cuáles son sus preferencias, dando respuesta las dos veces en prácticamente el mismo sentido, diciendo con ello que con esas varas deben hacer el cesto que contenga el gobierno que el país necesita. Por tanto, ellos son los responsables directos de que llevemos ya más de trescientos días sin gobierno. De otro lado, todo el mundo es consciente de que esta situación de un gobierno en funciones está produciendo ya unos perjuicios económicos, sociales y de todo tipo en la sociedad, que empiezan a ser ya preocupantes. Estos perjuicios podrían y deben ser cuantificados para que los diputados valoren el daño que su inanición, en la formación de un gobierno, está causando; y, sobre todo, a los dirigentes de los principales partidos, porque la estructura de los partidos, en nuestro país, tienen mucho que desear en cuanto a las decisiones individuales de los elegidos para el cargo en el Congreso, de manera que son estas estructuras jerarquizadas las que ponen o quitan a éstos, a pesar de que se diga o afirmen que existen sistemas de elección por las bases; por ello, no hay ninguna rebelión en el seno de los mismos de aquellos que, sabedores del daño que se está produciendo, quizás, en su fuero interno, desearían cambiar de criterio, cosa que saben que no pueden hacer, basado en una supuesta disciplina del partido, que no es otra que la que marcan sus cabezas.
Así que la hipótesis propuesta al comienzo, en el plano teórico, sería perfectamente posible, ya que hay un daño, que puede cuantificarse de una manera determinada, y unos responsables de ese daño que, como ya he dicho por acción u omisión, son los causantes del mismo.
Se cumplen perfectamente los requisitos exigibles en una demanda en este sentido, a saber:
a) Incumplimiento culpable de la obligación.
b) Que no se pueda obtener el incumplimiento en forma específica.
c) Que se hayan producidos daños o perjuicios, o daños emergentes, que es el que sufre el patrimonio y perjuicio o lucro cesante, es decir, la ganancia que se obtiene por culpa del incumplimiento.
d) Que existe nexo causal.
Los artículos aplicables del Código Civil son claros al efecto:
Art.1101 C.C.: «Quedan sujetos a la indemnización los daños y perjuicios causados, los que en el cumplimiento de sus obligaciones incurren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier modo contravinieren al tenor de aquellas».
Art.1902 C.C.: «El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado».
Así que, como decía en un artículo anterior, son necesarios, en estos momentos, los pactos y, con ello, conforman un gobierno; la fórmula, ahora, no importa tanto como el hecho de que se constituya, sea en minoría o en coalición. Hay que evitar el bochorno y el desprestigio de la clase política, a donde nos está llevando este periodo de bloqueo en la conformación de un gobierno que acabe con la interinidad.
Creo y este es el objetivo de este artículo: que se está cayendo en unos daños y perjuicios que estamos sufriendo toda la población y por la que pienso que sería perfecto demandar a esta clase política por estos daños, fruto de su situación inoperante. En estos momentos, se han recogido bastantes firmas en poco tiempo, para que no cobren los señores diputados, porque no están haciendo su trabajo; el primero de ellos es la constitución de un Gobierno. Yo, por mi parte, aplaudiría que también se demandara a sus principales dirigentes, como últimos responsables de los daños y perjuicios que ya se están produciendo en los intereses generales de todos los ciudadanos, por ese trabajo no realizado por el que lógicamente se pide con esas firmas que no se pague, habida cuenta de que no ha sido realizado; a lo que, obviamente, también me sumo.