Veranear en Úbeda

Hacía tiempo que no veraneaba en mi ciudad, pues siempre he aprovechado el estío para hacer mi periplo viajero veraniego y, finalmente, recalar en la zona oriental de la Costa del Sol, en Torre del Mar, ese bonito y encantador pueblo de la axarquía malagueña…

Mas, desde que me he jubilado, al no tener esa premura y presión por aprovechar las vacaciones estivales escolares, he vuelto a reencontrarme con las cálidas jornadas y las frescas noches ubetenses, volviendo a revivir aquellas vivencias y emociones, tan lejanas, de mi infancia y juventud, pero con renovada ilusión por pasármelo bien, juntamente con amigos y familiares, en esta bendita tierra en la que mis queridos padres quisieron traerme al mundo; además, aprovecho para estar más tiempo con mi nonagenaria madre, a la que diariamente visito y con la que departo muchos y variados temas, prefiriendo siempre los de los tiempos antiguos en los que ambos teníamos menos edad y más renovadas ilusiones; volviendo así, una y otra vez, a nuestros paraísos perdidos en donde la ansiada felicidad siempre está tintada de dulce melancolía…

Úbeda se convierte, durante todo el año, en la más primorosa y atrayente ciudad cristiana, mora y renacentista que yo conozco, en donde tantos paisanos y viajeros siempre van buscando la auténtica satisfacción espiritual y física, que no supone posesión o dominio de bienes materiales, sino confirmación de que nuestros pies están hollando los preciados lares en los que nuestros antepasados han sabido y querido construir un mundo patrimonial, en el que la arquitectura renacentista, juntamente con palacios, plazas y callejuelas moras y cristianas, se dan cordialmente la mano, desde su atalaya, aunándose con el paisaje rural de su ancho mar de olivos y hermanándolo con la simpatía y bonhomía del personal autóctono que sabe, quiere y puede mostrar el rico y preciado tesoro que esta ciudad alberga…

 

Primavera, verano, otoño e invierno se enseñorean en Úbeda, coloreándola de un matiz intimista, cultural y festivo, que la hace ser protagonista destacada en el paraíso interior que constituye la provincia giennense; aprovechando, además, que se encuentra en su centro neurálgico, (juntamente con Baeza, su inseparable compañera como Patrimonio de la Humanidad desde 2003), para ir enamorando a paisanos y visitantes, gracias a sus paisajes culturales y arquitectónicos genuinos, que se ven complementados por múltiples actividades turísticas, promovidas por su ayuntamiento y los muchos y activos colectivos que aportan su savia ejecutora para que todo visitante o paisano disfrute de jornadas agradables y divertidas.

 

Desde la segunda decena de junio, nuestra simpar ciudad comienza a ofrecer actividades culturales, musicales, religiosas y festivas, sin descanso, que ya no pararán a lo largo de todo el verano. En Úbeda se cuenta…, se muestra entrañable madre y amorosa abuela que sabe relatar a sus hijos y nietos las historias más bonitas salidas de su alma; después, arribarán las Fiestas del Renacimiento, que servirán para rememorar los años en que fue nombrada Patrimonio de la Humanidad, con renovado programa cada año, para que, propios y extraños, puedan disfrutar de tan feliz evento; luego, llegará La noche de los sentidos, en la que cuatro de sus monumentos más emblemáticos servirán de sorprendente y deleitoso habitáculo para gozar de su monumentalidad, de las bandas sonoras cinematográficas más señeras y de diferentes catas del genuino aceite de esta tierra, por un módico precio; proseguirá, Úbeda Soundtrack Festival (¡La Música de Cine que, por fin, ha vuelto a Úbeda…!), con sus conciertos variados por calles, plazas y auditorios más o menos historiados, erigiéndose como ciudad cinéfila por excelencia, siendo prestigiosa protagonista, puesto que cada año compone su propia y original banda sonora, que se verá complementada con la proyección de películas interesantes al ansiado fresco de la mágica noche ubetense, en el incomparable marco del cine de verano, Plaza de Toros; recordando así, aquellas noches veraniegas de antaño, en las que se podía elegir diferentes recintos fresquitos en los cuatro puntos cardinales de Úbeda: Cine Avenida, Ubadzza, Cava, Plaza de Toros, Cinema Central…, con su ambigú correspondiente, para tomar, al alimón, refresco oportuno y charla necesaria; después, llegará Cinefan Festival con sus actividades lúdicas, encuentros con actores y cineastas importantes y apertura de su zona comercial, que se intercalará con la novena a la venerada Virgen del Carmen, que finalizará con su sentido recitado poético y sus cantos más emblemáticos, juntamente con su magna procesión… Y así, seguirá Úbeda todo el verano: ofreciendo un reguero continuado de actividades y tentaciones dulces, a cual más interesante y económica, entremezcladas con las fiestas de los diferentes barrios, para ir conformando un largo sendero cultural, festivo y religioso que llegará a la fiesta de nuestro santo patrón: San Miguel Arcángel; mientras se va trocando el tórrido verano en la fresca y colorida estación otoñal, para traernos las primeras lluvias formales…

 

 

 

 

 

 

 

Y todo ello, a pesar de que sepamos que ya se ha perdido para siempre la sana costumbre de salirse a la puerta de la calle, después de cenar, para charlar con vecinos y familiares e ir admirando el ancho y estrellado firmamento, constituyéndose en abigarrados fuegos de campamento vecinales e intergeneracionales; y de que hoy, nuestros hijos y nietos ya no podrán saborearlo, como lo hicimos los que tenemos más edad…

 

 

 

 

 

 

 

Por todo ello, no solo no me arrepiento de veranear en mi ciudad, sino que estoy cada día más contento, pues, además, lo puedo (y de hecho, así lo hago), complementar con las múltiples y variadas actividades festivas, musicales, teatrales, cinéfilas y culturales que las bellas poblaciones de nuestro entorno nos brindan, tan amablemente, cuando el calor aprieta. Baeza, Canena, Rus, Cazorla, Torreperogil, Jódar, Sabiote… complementan la ya extensa panoplia cultural ubetense y la enriquecen, consiguiendo que el tiempo estival se constituya en una auténtica y continuada gozada de tranquilidad y contento… ¡Cómo me encanta veranear en mi pueblo, recorriéndolo y saboreándolo, cual si fuese un despistado guiri más…!

 

Úbeda, 21 de julio de 2016.

fernandosanchezresa@hotmail.com

Deja una respuesta