Mucho Malikian

Por Fernando Sánchez Resa.

Este viernes, el auditorio del Hospital de Santiago se viste de gala pues viene Ara Malikian, afamado artista y violinista libanés, nacido en Beirut en 1968, de ascendencia armenia y afincado en Madrid (España), con su joven grupo instrumental ARA MALIKIAN 15, dentro del completísimo programa del XXVIII Festival Internacional de Música y Danza de Úbeda.

Los ubetenses y otros aficionados musicales ya se llevaron muy buen recuerdo cuando estuvo en el Archivo Municipal en otra pasada edición; aunque la de hoy va a ser una actuación diferente.

La tarde‑noche cuasi veraniega promete, por lo que la flor y nata de la burguesía ubetense y provincial (y mucha gente, pues el recinto se encuentra abarrotado, sin que quepa un alma más), se ha dado cita para asistir a un concierto distinto, pues los ecos sociales y periodísticos de su afamada y clamorosa gira ya han inyectado el síndrome de abstinencia al público asistente.

Toda su actuación será un puro y lúdico entretenimiento, mediante un pirotécnico espectáculo musical de luz y color que hará las delicias del público, sumamente variado en edades, gustos y apetencias.

Comienza Ara Malikian sorprendiendo a todos, al aparecer en penumbra por la puerta de entrada del auditorio e ir caminando y tocando, suave y delicadamente, hacia el escenario, con el instrumento musical que le ha dado fama y vida, y que parece un miembro más de su cuerpo. La luminotecnia está plenamente estudiada y servirá para que todos los presentes se sientan como pez en el agua en una diversión diferente con dejos rockeros, clásicos, tuneantes, atrevidos, discotequeros…; en definitiva, yo diría que malikianos.

Y ya, desde ese momento, estaremos dos horas y media, ininterrumpidas, disfrutando y empapándonos de la magia y la creatividad de este artista del violín que, bajo su aspecto desgreñado y desenfadado, viste pantalón vaquero especial, camisa roja al estilo armenio o libanés (que a lo largo de su movida actuación empaparía de sudor, por sus continuados y acompasados saltos) y calzado cómodo…

Cada pieza musical es presentada graciosamente por él mismo, con una impostación especial, enhebrando una cómica e interesante historia (que supongo en su mayoría inventada, aunque con visos de realidad en su fondo), que hace las delicias del público por su agudo y oportuno sentido del humor. Toda historia es justificable para la presentación de la siguiente obra musical: su escapada, desde Líbano y en solitario, a Alemania durante cuatro años, sin saber el idioma ni las costumbres; su marcha posterior a Londres, perteneciendo a afamados grupos rockeros; su aterrizaje en nuestro país, para estar durante siete años como concertino de la orquesta Sinfónica de Madrid, titular del Teatro Real de Madrid; su asentamiento en la capital de España y el conocimiento del jamón español; el nacimiento de su hijo; la masacre de millón y medio de armenios en 1915…; siempre usando palabras claves en cada relato que hacen reír desenfadadamente a todos: judío sin serlo, rockero, foso, percentil, picos, jamón, tuneado…

Hasta llega a comparar las originales piezas musicales compuestas por él: Dzovavev, Pisando flores, Backgammon, Vals de Kairodedicada a su único hijo‑, 1915…, como si fuesen los picos (pan sin migajón) que acompañan al jamón en cualquier tasca o bar español; como son las inmortales obras clásicas de grandes compositores, arregladas por él mismo: Ciocarlia (Tradicional); La vida breve (danza de Manuel de Falla); Zapateado (Pablo Sarasate); Verano de las Cuatro Estaciones (Antonio Vivaldi); Zyriab, del inmortal Paco de Lucía; Aria (Juan Sebastian Bach)…, y que las maneja y tunea con gran virtuosismo y desparpajo haciendo saltos rítmicos o de baile. Hasta en un alarde de su inmejorable aptitud física, sabe tenderse en el escenario varias veces y seguir tocando tan magistralmente como cualquier violinista en su cómodo asiento.

Yo destacaría la composición e interpretación de 1915, con motivo del exterminio intencionado armenio en el que fallecieron sus antepasados, pues es un grito desgarrador y orante para que no se olvide esta fecha ni se permitan más genocidios de ningún pueblo de nuestro planeta.

Para acabar su interpretación, simulan que interpretan la última pieza del repertorio, para proseguir regalando concierto, hasta que Ara Malikian deja solos, en el escenario, al resto de los componentes del grupo para que se luzcan con sus respectivos intrumentos musicales, ganándose al público de una manera lúdica y profesional. Hay gente que, al ser tan largo el concierto, se va marchando antes de su finalización, aunque el grueso del personal permanece en sus asientos o levantados cuando tienen que aplaudir con ganas a este portento de espectáculo musical, ofrecido por ARA MALIKIAN 15, que se ha metido en el bolsillo a todos los asistentes, que no paran de reír, aplaudir y disfrutar.

Son las once y media cuando finaliza el concierto y es entonces cuando los asistentes pueden tomar unas copas en el bar que hay montado en el singular patio santiagués, pues no ha habido intermedio, como nos había advertido, antes de comenzar, la voz en off del inconfundible Antonio Fuentes Miranda. También, a la entrada y salida del auditorio, se ha podido adquirir su último disco: 15.

La cálida noche ha sido testigo del fabuloso viaje musical realizado por el entusiasmado público, al poder ir transitando por diferentes países, parajes, eventos, épocas, estilos musicales…; y que tendrá repetición mañana sábado, a las 12 del mediodía, en el este mismo lugar, debido a la demanda compulsiva del público local y provincial, que quiere ver y disfrutar de este artista‑espectáculo, que es mucho más que un virtuoso del violín…

Úbeda, 20 de mayo de 2015.

fernandosanchezresa@hotmail.com

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