Por José María Berzosa Sánchez.
Accedió a su petición y Accedió a su finca son dos oraciones que tienen la misma estructura sintáctica, aunque los verbos significan de diferente manera. En la primera oración, no tenemos duda de que estamos ante un suplemento inherente, porque acceder equivale semánticamente a consentir en.
En la segunda oración, el verbo acceder equivale a entrar y ello nos produce la duda: ¿a qué objeto accedió / en qué objeto entró / a dónde accedió / en dónde entró? La proximidad sintáctica y semántica es máxima. Veamos el mismo problema en dos ejemplos más:
a) Éste la cogió del brazo, la llevó hasta la puerta. Salieron, cerraron.
b) La señora me guiaba casi a empujones hasta la puerta y me ponía en la mano un billete azul de quinientas.
Nos interesa saber si la función de la puerta es afín o solidaria. En ambos casos, podemos preguntar ¿hacia qué objeto o hacia dónde la llevó o me guiaba? El contexto nos confirma que la puerta no se utiliza aquí como referencia solidaria de lugar, sino como paso inexcusable para que se produzca la salida. El hecho de acercarse a la puerta es más significativo que el alcanzar dicha situación, sin más. Por tanto, estamos ante sendos suplementos afines.
Para resolver las dudas, que se presentan entre qué objeto / qué circunstancia, no hay otra solución que atender a valoraciones de carácter semántico en el adyacente, puesto que la fórmula mecánica de preguntas y sustituciones no es definitiva:
En Accedió a su finca, estamos ante un adyacente que respondería a las preguntas ¿a qué accedió? y ¿a dónde accedió? Y las sustituciones Accedió a ella o Accedió allí serían igualmente válidas. Tendríamos que recurrir al significado contextual para decidirnos por una u otra opción. Si le pudiésemos añadir un suplemento solidario como por la puerta principal, a su finca se confirmaría como un suplemento inherente.
Si comparamos El río desemboca en el mar con El discurso desembocó en una sarta de necedades, vemos que son estructuras idénticas. Pero mientras que el río desemboca en un lugar (de ahí que digamos que es un suplemento solidario), el discurso desemboca en un hecho conceptual, más o menos abstracto (por lo que nos inclinamos a inscribirlo entre los suplementos inherentes). En este mismo caso, nos encontramos dobletes como los siguientes:
Solía ausentarse del trabajo / de la tienda.
Coincidimos en la opinión / en la puerta.
Huiste del castigo / de la casa.
Los verbos de referencia locativa:
Se asentó con orgullo en aquel blando ser.
Aunque el verbo asentarse es de referencia locativa, el suplemento marcado es inherente.