La Vía del Sureste – 25

Por Manuel Almagro Chinchilla.

Alía – Guadalupe, 14 km.

Salimos de Alía a las seis de la mañana del día 19 de julio.  Esta etapa nos colocaba ya en el monasterio de la Virgen de Guadalupe. Por el camino nos encontramos con personas que van en peregrinación a este lugar mariano.

A lo lejos destaca, entre la población, el impresionante monumento. A la entrada recorremos varias calles con tiendas abarrotadas de artículos para regalo, recuerdos y productos típicos de la tierra, entre los que se encuentra el famoso vino de Pitarra, que consideramos “preceptivo” catar.

A las 11:15 estábamos en la puerta del monasterio, en la sala de portería y venta de recuerdos. Preguntamos por el padre guardián, fray Joaquín Domínguez Serna, que ya tenía conocimiento de nuestra llegada y nos había confirmado la acogida para pasar la noche en el monasterio. Después de una hora de espera, nos recibe el padre Leonardo, que nos entrega las llaves de un local adyacente, con entrada directa desde la calle.

 

La etapa había sido corta y estábamos descansados. Organizamos el aposento, lo aparcelamos y cada cual colocó sus pertenencias en su espacio. Nos enseñaron el monasterio por dentro, dedicado a la que está considerada como patrona de las Américas; también lo es de Úbeda. Destaca la sacristía con frescos de Rembrandt, el camarín, mantos, joyas, coronas y la linterna de la nave capitana de la batalla de Lepanto, entre otras muchas.


Recibimos la visita de Antonio Sáez, un peregrino que se hacía presente esporádicamente, haciendo un seguimiento en coche, partiendo siempre de Tíscar. Esta fue la última vez que vino a vernos. Para esta ocasión, buen conocedor de nuestras necesidades, nos trajo un guiso de pisto con carne. No supimos cómo agradecérselo. 

almagromanuel@gmail.com

Deja una respuesta