Eventos taurinos en Úbeda

Presentado por Manuel Almagro Chinchilla.

Interesante esbozo histórico de Ramón Quesada en lo que refiere a la trayectoria taurina en Úbeda desde que se instaurara bajo el reinado de Felipe II. El coso de “San Nicasio”, llamado así en alusión al lugar donde yacían las ruinas de un convento de tal denominación. ¿Qué hacer con el solar de San Nicasio? ¿Qué hacer con la piedras de San Antonio? ‑otro convento en ruinas a extramuros de la ciudad, que se levantaba próximo a las Montalvas y actual almazara‑. La pregunta corría de boca en boca en los corrillos de la plaza de Toledo (actualmente de Andalucía). La solución fue más que salomónica, redonda; cayó como fruta madura, de libro: una plaza de toros. Hoy una de las más antiguas de España.

 

Dado el desmadre que originaban la hoguera y los festejos en Úbeda con motivo de la celebración del día de la reconquista de la ciudad por Fernando III, 29 de septiembre de 1234, el rey Felipe II, en 1565, se dirige en epistolar «dada en La Villa de Madrid a tres días del mes de marzo de mil quinientos e sesenta e cinco años» al Concejo, haciéndole saber que, desde este año, se sustituya la hoguera y los festejos que duraban «casi toda la noche salían a ella hombres y mujeres y hacían cosas deshonestas y de mal exemplo y aún se ocasionaban quistiones y ruidos / para erremedio dello y también para que dicha memoria no pareciese aviades acordado hacer en cada año el dicho día de San Juan una fiesta de seis toros e los cuales por supuesto que se había de aprovechar la carne…”.

No tenemos otros antecedentes, pero es de suponer que a partir de la fecha en que Felipe II autoriza las corridas de toros, es entonces cuando los hombres en Úbeda comienzan a lancear reses bravas. Por lo que necesariamente tendremos que comenzar los sucesos de la fiesta nacional en esta ciudad a partir de los datos más remotos, pero nunca alejándonos hasta el siglo XVI.

Según nuestro archivo, más de veinticinco toreros nacidos en Úbeda han formado la lista taurina desde aquellos tiempos que se inician en 1897 con “Mocuelito de La Loma”, y que se cierran hasta ahora con Juan Antonio Millán Herrador, “Carnicerito de Úbeda”, sobrino de Antonio Millán Díaz, con el mismo apelativo.

Otros sucesos curiosos y trágicos acaecieron en Úbeda relacionados con el toro de lidia a partir de septiembre de 1641, pues este año y debido a la penuria y necesidad por la que la ciudad atravesaba, se pidió permiso al pueblo para correr toros en la Plaza de Toledo y con su recaudación aliviar en lo posible algunas necesidades. Se negó la petición por el estado ruinoso de la casa de la plaza, acordándose que se corrieran en la de Santa María o en La Corredera, como al parecer se hizo con resultado satisfactorio. Pero una de las cosas más importantes para la afición taurina de Úbeda fue la inauguración de la plaza de toros el día 1 de agosto de 1847.

Después de una pugna amistosa con Jaén, para ver cuál de las dos ciudades terminaba antes su coso taurino, al final ganó la capital jaenesa. Para la de Úbeda, en 1846, se había constituido una sociedad de accionistas, redactándose los estatutos ante el escribano Francisco de Paula Torrente. Al ser edificada en el solar que antes había sido la huerta del convento de san Nicasio, hoy es conocida como la plaza de toros de san Nicasio. El 20 de noviembre de 1869, “Castaño”, un novillo utrero con bravura y cata de la vacada de don Andrés Fontenilla, mató tres caballos durante la lidia y recibió veintisiete varas. Y “Bolero”, toro del mismo ganadero, el día 12 de noviembre de 1873, acosando a un peón, derribó diecisiete metros de la barrera.

Críticas. Ya en el siglo XIX, 1905, es criticado el hecho de que el Ayuntamiento de la ciudad aporte ocho mil pesetas como subvención para una corrida de toros, pues el pueblo cree que esa cantidad es excesiva y escandalosa. En 1915, tenemos una novillada picada en día de san Francisco, en la que un novillo de don Antonio Martín hiere de muerte al novillero Hipólito Sánchez. En 1924, Rodrigo Medianilla, de familia muy conocida y de apellido histórico, es corneado en todas las novilladas que toreó, sin lograr ni fama ni dinero. Lidió diecinueve novillos.

Tres años más tarde, el 22 de septiembre, nace en Úbeda Francisco Gómez Copado, “Esparterito”. No pasó de novillero y fue director de la Escuela Taurina de Úbeda. En 1950, abandonó los toros en activo. Este mismo año, pero el 4 de octubre, un novillo de Palha, da muerte al novillero Félix Merino.

Dentro de la pléyade de toreros que, nacidos en Úbeda, adquirieron cierto renombre a nivel nacional, Antonio Millán Díaz, “Carnicerito de Úbeda”, es sin lugar a dudas la figura más destacada de todos los tiempos. Toma la alternativa, en su ciudad, el 10 de marzo de 1968 y la confirma en Madrid el 20 de mayo de 1969. Pero un accidente de carretera acabaría con su vida el día 4 de noviembre de 1976.

Un aficionado ubetense, don Felipe Navarrete Ortega, en 1991, compra la finca “El Vadillo”, de reses bravas, en el término de Navas de San Juan. Ya, en 1984, había adquirido un lote de vacas de los señores Sayalero y Bandrés, procedente de doña Maribel Ibarra, de origen Parladé. Otro acontecimiento que también ha pasado a la historia del toro en Úbeda es la toma de la alternativa de Paco Delgado, lo que sucede el 29 de septiembre de 1992 en Úbeda, confirmándola en Madrid el 19 de junio de 1994. “Remendón” fue el toro en suerte. Pero ocurre algo inesperado y lamentable. Es la desgracia que, en 1996 y debido a los graves temporales que suceden en la ciudad, doña Antonia Gámez y su hija Sebastiana Herrera, de cincuenta y cuatro y veinticinco años respectivamente, de Jódar, pierden la vida al caerle encima un lienzo de la plaza de toros; muertes muy sentidas en Jódar y en Úbeda.

Carnicerito de Úbeda. A las alternativas en el coso de Úbeda a lo largo de la historia y después de la de Rafael Molina, “Lagartijo”, Antonio Martínez Poveda, Antonio Millán Díaz, “Carnicerito de Úbeda”, Paco Delgado y la del linarense David Gil, que la toma de manos de Paco Delgado el 12 de octubre de 1997, habrá que sumarle la de Juan Antonio Millán Herrador, “Carnicerito de Úbeda”, concedida por su paisano el 29 de septiembre de 1998, igualmente en Úbeda, siendo el toro del feliz acontecimiento “Flor de Gamon”, de don Antonio Gavira.

Por lo tanto, y hasta la fecha, recordemos que han sido seis los diestros que en la plaza de toros de san Nicasio de Úbeda, han pasado como matadores de toros a la historia del arte de Cúchares; pero, exceptuando al legendario “Lagartijo”, a ninguno le acompaña la suerte, a pesar de su excelente calidad, para escalar la cima de los grandes maestros que ganaron fama y dinero. No obstante, la afición continúa y el gusanillo sigue vivo en la ciudad Patrimonio de la Humanidad, estando dentro de lo probable que se sigan sucediendo los toreros locales y que algún día, cuando la afición menos lo espere, nazca al mundo de la popularidad el maestro de maestros, pues el que la sigue la consigue y Úbeda es una ciudad con clase que insiste en todo aquello que pueda beneficiarle y, entre esto, claro, los toros.

No debo poner el punto final a esta crónica sobre los eventos taurinos de Úbeda sin citar, aunque de pasada y muy singularmente, a Eduardo Jiménez García, “Zorrica”, aficionado de lujo que, habiendo sido un destacado maestro en esa otra “suerte” de arrear las “mulillas” con el toro sacrificado hasta el desolladero, supo crear sus propios versos y, sin pasarlos a papel, porque no sabía, los recitó de memoria con su estilo particularísimo desde los tendidos del coso para loar las faenas más importantes de los toreros, que se llegaban hasta él para felicitarle, lanzándole alguno de sus trofeos.

Este buen hombre, que siempre estará en el recuerdo de todos, ha llenado por su amor a Úbeda y afición al toro, brillantes renglones, escritos en la historia de la ciudad, emulando a sus paisanos Gaspar de Aranda, poeta que recorrió las tierras de España recitando dichas y desdichas, y Gaspar de la Cintera, llamado “el ciego de Úbeda”, que pasará buena parte de su vida en Granada tañendo la vihuela; los dos, del siglo XVI.

(29‑09‑2003)

almagromanuel@gmail.com

Deja una respuesta