“La Pasión de Cristo según Úbeda”

Por Fernando Sánchez Resa.

En los aledaños de nuestra Semana Mayor, nuestra simpar ciudad ha vuelto a reinventarse, inspirándose en su rico pasado, como lo viene haciendo desde siempre. Para ello, diversas instituciones han tenido la feliz idea de elaborar, para este mes de marzo, un detallado y completo programa de actividades intitulado Silence Tempus. Meditaciones de Semana Santa.

Y como hoy he tenido la suerte de asistir a la iglesia de la Purísima Concepción (Convento de Madres Carmelitas Descalzas) para disfrutar de una de ellas: La Pasión de Cristo según Úbeda, quiero compartirlo con ustedes para que puedan pasar un rato, tan agradable y emotivo, como el que yo he vivido (y el resto de público que allí se ha congregado).

Llego un poco antes de la hora de su comienzo (las 21 h) y ya está toda la iglesia perfumada con un rico olor a incienso que anticipa el sencillo y entrañable espectáculo músico‑vocal al que he tenido la suerte de asistir. Hoy viernes, son muchas y diferentes las tentaciones que incitan a su ausencia…; por eso, el público es minoritario (entre el que se encuentra, Rosa Liaño y su hijo Miguel Pasquau), mientras va colocándose en cualquiera de sus bancos donde están, amorosamente colocados, los programas de mano; así como en el zaguán de la entrada, juntamente con diferentes folletos: Silence Tempus, Semana Teresiana y Año Jubilar Teresiano.

 

Y da comienzo un original programa musical, compuesto por 15 pequeñas piezas extraídas de las marchas cofrades de la Semana Santa ubetense, comenzando y acabando el concierto con la Marcha Agrupación de Cofradías, que es fraccionada en dos partes, sirviendo de melodiosa envoltura a las otras 14 marchas, que son interpretadas sabiamente por el Quinteto “María de Molina”, compuesto por un clarinete (que es su director) y cuatro saxofones. Y que nos hacen revivir cada uno de los momentos más sublimes y entrañables de nuestra Semana de Pasión de la mano de diferentes e insignes compositores: Victoriano García Alonso, Victoriano García Hernández, Emilio Sánchez Plaza, José M.ª Franco Ribate, V. García & A. Mosquera y Manuel Antonio Herrera Moya; junto a dos composiciones anónimas.

E intercalándose entre las piezas musicales, Juan Ramón Martínez Elvira va interpretando, como buen actor que es, los magníficos y profundos textos de Juan Pasquau Guerrero (Cronista Oficial de Úbeda e hijo Predilecto de la Ciudad) que vienen a rememorar todas sus creencias, hondamente religiosas y filosóficas, en las que sus elucubraciones y descubrimientos de Dios y el alma, mediante sus diletantes soliloquios, crean el clima idóneo para que el silencio y el recogimiento sean bálsamos anímicos que preparen a los asistentes a una purificación cuaresmal o simplemente a un estado de bonanza emocional…

 

Todas las marchas me impactan y gustan, pero son tres las que más me llegan a lo profundo del alma. Miserere, que siempre me pone los pelos de punta, cada vez que lo oigo, y se me representa estar junto a la Puerta de la Consolada, cada morada madrugada de Viernes Santo. Las Angustias, pues tengo presente a mi padre, cofrade n.º 1 de su amada cofradía, muerto el pasado agosto, y quiero verlo caminando por los campos celestiales, ataviado con la misma vestimenta cofrade que llevó en su mortaja. Y Stabat Mater, por sus sonidos ancestrales sanmillaneros, de una dulzura y tristeza extraordinarias…

El público no quiere parar de aplaudir, por lo redondo que ha salido el acto. Desde su clausura, las abnegadas monjitas carmelitas descalzas han podido tocar el éxtasis de su vocación religiosa, comprobando cómo se puede conseguir la perfección con diversos aditamentos: cinco instrumentos musicales; diferentes marchas de Semana Santa; e inspirados textos religiosos y costumbristas que rememoran cada una de las procesiones ubetenses, a través de la cálida y sentida voz de un avezado lector que ejerce de fiel cronista narrador…

 

Ha transcurrido una hora y media de intensa audición meditativa, con tangibles efectos terapeúticos para todos: intérpretes y público; y hasta la imagen de la Purísima Concepción, desde su peana privilegiada del altar mayor, en su estatismo silente, parece querer expresar su agradecimiento y admiración por este novedoso proyecto que hace tanto bien, tanto al creyente como al agnóstico, pues con esta representación de arte y belleza ambos pueden vislumbrar los sonidos del silencio, hecho misterio…

Úbeda, 13 de marzo de 2014.

 

fsresa@gmail.com

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