Por Fernando Sánchez Resa.
Y un nuevo regalo me aguardaba para este segundo día de celebración del quinto centenario de mi nacimiento, gratis como la misma fe; así como al numeroso público que hoy se ha congregado aquí, completando el aforo de este recoleto templo de la Inmaculada Concepción de Úbeda; no sé si porque era sábado o porque se había hecho mayor difusión en cartelería e Internet… El caso es que me he encontrado con que sus mercedes ubetenses me han colmado de gozo, pues todos los asistentes (incluidas mis humildes monjitas) han gozado en cuerpo y alma con este segundo concierto teresiano, cual si fuesen canciones musicadas en estereofónico modo; pues, si ayer disfruté tanto del suave gorjeo de mis canciones, musicadas y cantadas por el Grupo Polifónico San Juan de la Cruz, hoy, me he sentido pletórica de anhelos consumados, cuando el grupo Llama de Amor Viva, que tan magistralmente dirige Manuel García Villacañas, ha interpretado diez canciones versionadas y musicadas por él, más dos cantos gregorianos. Me gustó sobremanera el arraque del concierto, con la colocación al fondo de la iglesia de todos sus componentes para marchar, cantando pausadamente, hacia el altar mayor… Cómo me hubiese gustado que este hombre renacentista del saber, tan completo en las artes musicales, pictóricas y magistrales, hubiese vivido en la época en que yo recorrí tantos caminos terrenales. ¡Seguro que lo hubiese ganado para mi causa…!
También me han encantado sus sugerentes palabras cuando predijo, en la presentación, que íbamos a escuchar «susurros y luces musicales del encuentro que habían preparado…».
En un lenguaje que más parecía salido de mi prosa particular y poética, juntamente con la de San Juan de la Cruz, Fernando Donaire Martín, Eloy Sánchez Rosillo y Carmen Moreno Molina han elaborado un extraordinario y sobresaliente entramado, sobre mi caminar hacia el ascendente y enamorado mundo del Amado, para que Ely Hortelano Moreno me interpretase magistralmente, como la que soy: la propia Santa Teresa de Jesús; mientras que Inmaculada Moreno Molina ha ejercido de fiel narradora de mis vivencias cotidianas y éxtasis místicos, sirviendo (ellas dos) de soporte verbal y narrativo en el que entroncar un suave, intenso y cadencioso concierto de música teresiana, en el que, además de echar mano
de mis textos originales, han cogido los de mi amado frailecico san Juan de la Cruz, para que hoy no se sintiese tan celoso…
Y con el fin de no tener que viajar tanto, yendo continuamente del cielo a este convento, durante toda esta semana (y todo el tiempo que se precise) voy a permanecer intensa y amorosamente en las mentes y almas de mis muy amadas seguidoras contemplativas (y en las de todos los devotos y creyentes que así me lo pidieren); pues aquí, en el convento de las MM Carmelitas Descalzas, hoy todos se han mostrado alegres y felices con el acierto de esta celebración musical tan oportuna, intitulándola: Vuestra soy. «Y lo seré para siempre…».
Úbeda, 11 de octubre de 2014.