Por Pedro Pablo Vico Robles.
¡Plaza de las moreras!,
rincón de santo Domingo,
bello arco plateresco;
el aire propaga un silbo.
Y en la torre de la iglesia,
la campana toca a gloria,
pues Dios se ha recreado
en Úbeda y en la memoria.
¡Plaza de viejas moreras,
rincón cristiano y moruno,
el toque de la campana,
se dispersa como el humo.
¡Arco de santo Domingo!,
plazoleta recatada,
en la tarde que declina,
me llenas tú de nostalgia…