Habiendo recibido la invitación escrita del alcalde para la presentación del libro Teoría de Úbeda (Tratado de una Ciudad para la Humanidad), de Juan Pasquau Guerrero, me siento impelido a estar el jueves 26, a las 20:30, en el Auditorio del Hospital de Santiago de Úbeda.
Esperando ese momento, estoy sentado en un banco mientras observo la escasa gente que deambula por este Escorial andaluz y quedo atónito, pues no casa con la relevancia que (a mi entender) tiene el acto que celebrar. Y es que, sin yo saberlo todavía, vamos a juntarnos solamente unos cuantos amantes de la cultura y de Úbeda, además de admiradores de la literatura y del pensamiento de Juan Pasquau, como si estuviésemos en familia; precisamente recordando que hace 36 años (10‑6‑1978), con sesenta años, se nos fue tempranamente para el cielo, en el que tanto creía, con todo su bagaje cultural, humanístico y religioso bajo el brazo, a presentar sus talentos al Altísimo…
Tras los saludos y abrazos de familiares y amigos al ponente y a su madre, Rosa Liaño, así como la previsible entrevista en los medios televisivos locales, entramos en el auditorio y cada cual se coloca donde quiere, pues hay espacio en demasía; excepto los dos intervinientes, que se suben al estrado: José Robles Valenzuela, alcalde de la ciudad; y Miguel Pasquau Liaño, presentador del libro.
La tarde se ha tornado bastante veraniega y festiva, tras unos días revueltos, por lo que el hipotético personal asistente se encuentra ubicado en otras citas culturales, festivas o religiosas, que ofrecen más atrayente reclamo; incluso se halla paseando por las calles y/o degustando la ciudad de la que tanto vamos a hablar en esta presentación.
Comienza el alcalde, con breves palabras, agradeciendo nuestra asistencia y al personal colaborador de este libro para que viese la luz, con motivo de la celebración en Úbeda (el próximo sábado, 28 de junio) de la Asamblea Extraordinaria del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, al ser recibidas Úbeda-Baeza como miembros del Grupo. Después, pasa la palabra al ilustre paisano y magistrado andaluz, don Miguel Pasquau Liaño.
Miguel, con su verbo fácil, su capacidad de improvisación y sus apuntes preparados en un sencillo archivador, va desgranando, mediante un discurso fluido y fiel, la memoria de lo mucho que escribió su padre a lo largo de tantos años. Aprovecha el momento y las circunstancias para justificarlo: «Esto va a ser una charla en familia, ante el “intenso y extenso auditorio” que aquí nos encontramos, pues han venido personas de Valladolid, Granada, Togo, Úbeda…».
Da las gracias a la ciudad de Úbeda por el impulso dado a los escritos de su padre: tercera edición de la Biografía de Úbeda, Teoría de Úbeda, un libro sobre San Juan de la Cruz…; incluso digitalizando su obra en esta página web del ayuntamiento ubetense: www.juanpasquau.es. Y, en su nombre, hace extensivo el agradecimiento al alcalde, a la concejala Pepa Olmedilla, a Manolo Madrid, a Ramón Beltrán…
Recuerda también que su madre, Rosa Liaño, ha estado durante treinta y seis años dando la lata, removiendo, fotocopiando… quilos y quilos de papel de su marido. Ahora vemos todos que ha tenido sentido (pues lo ha hecho ella sola y no con sus hijos). «Mamá, muchas gracias por hacer como los monjes de la Edad Media: estar leyendo, copiando, transmitiendo… el Renacimiento ubetense de tu marido». No está mal, reinventar a Juan Pasquau con los valores del reconocimiento de Úbeda y Baeza como Patrimonio de la Humanidad.
Rememora su pasada conferencia: “La construcción de Úbeda de Juan Pasquau”, en la que hizo una crónica performativa (‘de rendimiento’) a la visión de su padre, mejorando el conocimiento de la realidad que Juan Pasquau construyó, alabándola… Y se sincera con el auditorio, contándole lo que le dijo éste, poco antes de morir: «No te voy a dejar herencia de bienes materiales, sino la fe y mi manera de pensar…». Y Miguel públicamente se sincera: «No sé si soy digno de su herencia, aunque quiero ser beneficiario de esa idea…».
Y va transmitiendo multitud de convicciones, creencias y opiniones paternas, insertas en sus escritos, basándose en la lectura (en voz alta) de variados títulos y artículos: el alma que infundió a la realidad y arquitectura ubetense; el aporte de diversas pistas para poder ser Patrimonio de la Humanidad con un horizonte humanista, cristiano y renacentista; las tendencias del hombre (hoy sería hombre/mujer; en definitiva, la persona) en una civilización que se está saturando de creencias y malversando muchos siglos, preocupada por tendencias (no lo dice Juan Pasquau para regañar a nadie, sino para poner reflexión y preocupación).
Miguel también transmite sus diversas críticas: que haya demasiadas soluciones, demasiada cantidad y abundancia de todo…; que estemos en la civilización de la codicia y el dinero, en contraposición a la miseria y pobreza de espíritu…; y que seamos una civilización olvidadiza y crédula, que pierde memoria y creencias entregándose a las nuevas normas (idea que repite machaconamente en sus escritos).
Juan Pasquau dialoga en sus escritos con Marx, Nietzsche, Sartre (a quien odiaba)…, argumentando que no se puede cambiar tan pronto, de un golpe de veleta, a la novedad que llega. Hay demasiada prisa e inmediatez, perdiendo la pausa y el silencio contemplativo tan necesarios. Ahora todo se quiere hacer pronto. No podemos cambiar afanes tan grandes por banalidades novedosas…; y el resultado no contrastado, temido por Juan Pasquau, es viejo, vacío y convertido en tragaperras. Él siempre iba a la busca del hombre perdido…
Las densas y doctas lecturas del ponente nos aclaran la filosofía vital de su padre: que no es pesimismo ni derrotismo su consejo, puesto que siempre aboga por la resistencia personal (¡la clave está en resistir!), no en tener un caparazón…; y para eso está el arte y la cultura, que hay que proteger. Aboga por el silencio, la contemplación, la mansa pobreza y alegría, la fe cristiana que está en todo, el encuentro con Dios y con la fe… No es indignación ni derrotismo: para eso está Úbeda, ciudad del Renacimiento, que invita por su natural ser a contemplarla, no a verla turísticamente. Úbeda debe servir de turismo de calidad, cultural y tranquilo ya que es una ciudad de silencios y de cultura que habla con halo de sensibilidad, mediante una concepción de la humanidad que está en ella…
Úbeda ha de ser protegida, aunque evolucione como modelo urbano, como el lince ibérico, por lo que hemos de reflexionar nosotros con el fin de no perder su pensamiento humanitario y renacentista, propio de su época (segunda mitad del siglo pasado); pero que tiene una rabiosa actualidad en su premonitorio futuro (como don Quijote), en todos sus escritos, donde palpita fielmente ese humanismo católico y renacentista, estando siempre presente Úbeda, la musa de sus entretelas…
José Robles toma la palabra de nuevo para finalizar el acto, dando las gracias a Miguel Pasquau por presentarnos a su padre como el visionario Julio Verne, adelantándose a su tiempo en el reconocimiento y la visión de los derroteros por los que había de caminar Úbeda. Vuelve a dar las gracias a los colaboradores y ejecutores del libro (Pepa Olmedilla, Manolo Madrid, Asociación Fotográfica de Úbeda…), por su constancia y celo; pues, de esta manera, los catorce alcaldes que visitarán nuestra ciudad tendrán este regalo institucional con textos de carnadura directa de Juan Pasquau, inspirados en el patrimonio y en los rincones de Úbeda. Desea que este libro esté en todas las bibliotecas de publicación patrimonial y se siente orgulloso de vivir este momento idílico de la ciudad. Cree que en Úbeda sería conveniente hacer un instituto de estudios jiennenses, donde el ubetensismo universal de Juan Pasquau tuviese cabida… Y da por finalizada la velada reiterando las gracias y la enhorabuena a todos, incluida la familia Pasquau, y abogando porque las nuevas tecnologías difundan su legado, que debemos cuidar, puesto que no hay que importar nada, ya que tenemos mucho que aportar al Patrimonio de la Humanidad…
A la salida, tras los parabienes y fotos de rigor, antes de que los íntimos se vayan a cenar en familia, afloran entrañables recuerdos y emociones del causante de este evento; y alguien comenta:
—¡Qué buen tándem se ha formado hoy aquí: la grácil, inteligente y atrayente oratoria del hijo fundida en la profundidad religiosa, humanística y renacentista del padre…!
Úbeda, 26 de junio de 2014.