Tierra del Anoia

El tiempo se ha detenido

mirando a la tarde bella.

El sol ya dora la tierra

por donde corre el Anoia

entre cárcavas que horada

y meandros que serpea.

 

¡La tarde brilla apacible!

Desde el balcón, señorea…

La ocre tierra, dorada

por caricias que el sol deja,

es bálsamo fascinante

que nos regala belleza…

 

Y vislumbramos a lo lejos,

esparcidos caseríos,

cerros, alcores, caminos,

y el río, oculto, que riega…

 

La tarde, tan bella, regala,

cuando, absorto, la contemplas,

colores, silencio y silbos

de ruiseñores y pájaros

que sus trinos alardean.

 

Y, al fondo, se yergue rosa,

con una aureola bella,

una montaña aserrada:

“Montserrat”, por nombre lleva;

aliento de peregrinos

que a ver a la Madre llegan.

 

 

pedrovico24@hotmail.com

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