Doble jubilación

Y llegó el soñado día para los dos maestros del CEIP Sebastián de Córdoba (La Explanada) de Úbeda (Jaén), que hacía pocos días habían cubierto su extensa y productiva labor docente. Era el último sábado de marzo, recién estrenada la enamoradiza primavera, mientras el cielo se mostraba lluvioso, precisamente a la misma hora de comenzar el almuerzo: las dos de la tarde…

El incomparable marco del Parador de Turismo fue testigo fiel de la gran cantidad de personas (familiares, compañeros y amigos) que tuvieron el gusto y el detalle de congregarse allí para celebrarlo…

Las palpables y sinceras efusiones de cariño y estima (mediante saludos, besos y abrazos) hacia los dos homenajeados fue el primer aditamento de esa celebración festiva, pues hacía poco que habían dejado sus aulas de trabajo para tomar el merecido descanso…

Las vestimentas de los asistentes eran de gala. Los hombres (en su mayoría) con ternos o trajes de fiesta. Las mujeres lucían palmito con bonitos peinados que realzaban su belleza, garbo y lozanía…

El primer encuentro se produjo en el patio renacentista donde los parabienes a los dos jubilados prepararon el terreno para la dulce y tierna velada que, ya la comisión del centro, con su director a la cabeza, tenía programada eficiente y pacientemente…

Una vez sentados y distribuidos (según protocolo preestablecido) en diferentes mesas (redondas o rectangulares), presidieron la celebración las mesas en las que se ubicaban los dos maestros jubilados, juntamente con su familias más allegadas, y que estaban colocadas a ambos lados de la lujosa sala del comedor. A su derredor, familiares y amigos, compañeros (en su mayoría) de la hermosa profesión docente, fueron degustando viandas y caldos en amorosa charla, inmortalizada por instantáneas de los múltiples fotógrafos (no oficiales) que había en la sala, pues todo el mundo tenía cámara de fotos, vídeo… con diferentes píxeles y calibres, mostrándose cual avezados reporteros gráficos, sin perder detalle por nimio que pareciese…

El menú de lujo (que bien parecía de boda…) fue sirviéndose con una celeridad un tanto excesiva, empezando por las bebidas, y en el que los entremeses fríos del Parador se fueron entreverando con los entremeses calientes del Parador en una loca carrera por ir degustando plato a plato, regados con diferentes bebidas, donde destacaron los vinos seleccionados con armonía y equilibrio…

El sorbete de piña colada sirvió de ayuda a una primera digestión del completo menú programado y de anticipo a la carne o pescado que cada comensal había elegido previamente. Siguieron produciéndose contactos personales y grupales entre todos los asistentes (a diferentes bandas), pues se respiraba un ambiente distendido y festivo, donde las fotos (e incluso los vídeos) eran moneda de curso legal constante y sonante… Hasta que llegaron los postres, con un buen surtido de repostería, para endulzar (aún más) las buenas resonancias que pululaban por toda la antigua estancia palaciega… Y, tras el café (o la infusión), empezó la sesión de parlamentos para que la tarde cobrase mayor viveza y emoción, con dejos de pasión y de nostalgia…

Comenzó el director del centro, Ángel Fernández, dedicándoles unas sinceras y enternecidas palabras a los dos compañeros que “pasaban a mejor vida”: Manuela Ruiz Palacios y Fernando Sánchez Resa, después de tantos años de servicio en la enseñanza y en el colegio.

Manoli leyó su sencillo y tierno escrito relatando sus primeros compases docentes en la provincia de Albacete y sus impresiones ante el evento de júbilo en el que había entrado hacía unos días… Siguió Fernando leyendo su extenso comunicado (“¡Gracias a todos, por todo…!”), en el que daba las gracias a todo el mundo por lo mucho que ha recibido, tanto de la profesión (y de sus alumnos, principalmente), como de sus padres, esposa, hijas, maestros y compañeros; relatando algunas anécdotas graciosas y/o enternecedoras de esa misma semana en la que se despidió de su amado cole, con las que se le embargó la voz y el alma más de una vez… Ambos fueron premiados con sinceros y cálidos aplausos que complementaron su dulce y entrañable estado anímico.

Los regalos materiales de los compañeros y asistentes llegaron después, siendo entregados por diversas compañeras de la comisión, con efusivos y apretados besos y abrazos, pues el momento así lo requería…

Los antiguos y queridos compañeros, Eusebio y Luisa, habían enviado una cariñosa carta a Fernando y Manoli, disculpándose por no poder asistir a este evento y deseándoles que «disfrutasen con júbilo su jubilación».

Después, Fernando recibió tres regalos literarios‑musicales. El primero, la extensa carta de su hija, Margarita Sánchez Latorre, donde hizo un exhaustivo y emotivo recorrido por sus vivencias de alumna en relación con su padre, maestro y compañero de fatigas musicales (“A mi padre, con motivo de su jubilación), a quien hizo llorar y emocionarse sobremanera… Después, seguiría otra sorpresa: La canción “Quiero estar a tu lado”, de María Ostiz, interpretada a capela por su esposa Margarita (que la llevaba preparando largo tiempo), y que le llegó al alma…

Van pasando los años,
sigo estando a tu lado.
Cada amanecer,
cada anochecer,
sigo estando a tu lado.

Cuando ríes contento,
cuando tienes problemas,
sin decirte nada,
sin hablar apenas,
sigo estando a tu lado.

Cuando en la rama
las hojas caigan
porque llegó el momento,
se desmaya la tarde,
tranquila de amor y alcoba
y solo cuenta el tiempo atrás.

Entonces, amor mío,
te sentiré en silencio,
nada quedará de mi primera flor.
Quiero estar a tu lado.

Y en esa paz serena
donde falten palabras,
donde tiembla la voz,
donde duerma el amor,
quiero estar a tu lado.

Donde tiembla la voz,
donde duerma el amor,
quiero estar a tu lado,
quiero estar a tu lado.

Y la tercera sorpresa fue la lectura de un acendrado soneto de su cuñado José Latorre García, exquisito poeta que sabe resumir magistralmente todo lo que ocurre a su alrededor.

Fernando, yo te doy la enhorabuena.
Ha llegado, por fin, el gran momento.
Te siento muy feliz, en este evento,
con familia y amigos: bella escena.

Tu dicha debe ser muy grande, plena.
Has sido, para muchos, gran fermento
de luz, sabiduría y sentimiento.
Tu entrega a los demás, todo lo llena.

¡Cuarenta y tantos años, de docente!
Te mereces, sin duda, este descanso,
tras haber modelado a tanta gente.

Espero que esta vida de remanso
te dure muchos años, sin goteras,
haciendo simplemente lo que quieras.

Los aplausos y emotivos sentimientos, así como las muestras lacrimógenas de los más allegados a los homenajeados, no se hicieron de rogar…

Y, para acabar con el capítulo de parlamentos, salió, voluntaria y espontáneamente, la hermana de la homenajeada quien, micrófono en mano, improvisó unas cariñosas palabras dedicadas a Manoli que fueron muy aplaudidas…

Y, como colofón final de este agasajador acto, llegó una sorpresa cinematográfica: la 20th Century Fox, en dura y reñida competencia con la Metro‑Goldwyn‑Mayer, permitió que el gran amigo y compañero, Antonio Santos Zaragoza, proyectase un cortometraje, en forma de power point 

(sin créditos que aclarasen su autoría, aunque sabiendo todos que él era su productor, realizador y director, entre otras funciones ‑como si conjugase a las tres personas de la Santísima Trinidad…‑), donde hermanó a ambos jubilados con cariño y humor (al que tan acostumbrado nos tiene), como muestra del aprecio del resto de compañeros (y en representación del centro), poniendo broche de oro a esa celebración gastronómico-jubilosa; y dejando el listón muy alto para futuras celebraciones…

Habíamos estado cinco horas, nada menos, que se nos habían pasado por entre las manos, cuando nos echamos algunas fotos de conjunto, dentro del comedor y en la escalinata de entrada al Parador de Turismo, a pesar de que la lluvia desluciese un tanto estas últimas, pues, además, iban saliendo turistas de otras latitudes… 

Cuando íbamos despidiéndonos (en la singularísima plaza ubetense del “Paseo bajo”), la lluvia regalaba su tierno y húmedo maná, mientras las campanas de Santa María de los Reales Alcázares empezaban a voltear alegremente, emitiendo sus metálicos sonidos, como inmejorable augurio del feliz comienzo de la nueva etapa emprendida por esta pareja de docentes, que habían tenido la suerte de recibir todo el cariño y la alta estima de familiares, compañeros y amigos, como regalo intangible e inconmensurable, para adentrarse en un nuevo y fragante mundo en donde el tiempo libre y la desamortización del estricto horario serán preseas que engastar en sus propias vidas particulares…

Úbeda, 29 de marzo de 2014.

fsresa@gmail.com

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