Conocer Úbeda, 08a

Estamos a sábado, 29 de junio, y hoy toca Las Carmelitas Descalzas, explicadas por nuestra hija, Margarita Sánchez Latorre. ¡Qué ilusión…!

La cita es, como siempre, a las once y media en la Plaza de las Descalzas, porque la calle Montiel, con el tráfico rodado que conlleva y, para más inri, el andamio que han puesto junto a la verja de la iglesia de la Purísima Concepción, dificulta la estancia de los que quieren conocer (y/o recordar) lo más característico de la Úbeda profunda.

La mañana es (ya a esta hora) calurosa, aunque dentro (en la iglesia) se está fresquito y a gusto, mientras todos andamos embobados oyendo las doctas explicaciones (de memoria) que Margarita Sánchez Latorre nos está dando, sin papeles; pero con una facilidad, un sosiego y unas tablas que ya las quisiera yo para mí…

He tenido que llegar un poquito tarde, puesto que hoy ha coincidido esta visita con la celebración del cuadragésimo aniversario de la promoción de magisterio 1970‑73, a la que pertenezco; y, como organizador de los actos que celebrar, había incluido (juntamente con mi esposa) esta visita guiada, que (además) servirá de broche final para el programa Paseos por Úbeda y sus contornos, que la asociación Úbeda por la Cultura había programado.

Francisco Javier Ruiz Ramos, como presidente, hace la presentación de la ponente. Al no estar yo presente, pues llegamos un pelín tarde, ya que veníamos de encontrarnos y visitar la Safa de Úbeda, ustedes me van a permitir que sea yo quien haga el sucinto currículum vítae de la guapa guía.


Margarita Sánchez es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Granada (cuya carrera acabó en cuatro cursos, en lugar de hacerlo en cinco, que era lo programado y habitual). Fue Primer Premio Nacional Fin de Carrera en Historia del Arte, que recibió en Madrid de la mano de María Jesús San Segundo, Ministra de Educación y Ciencia, y becaria en el Museo Nacional, Centro de Arte, Reina Sofía; obtuvo sendas plazas (en el mismo año) en las oposiciones de Conservadores de Museos y del Patrimonio de la comunidad andaluza; ha sido ponente en diversos congresos nacionales, conferenciante y estudiosa perspicaz de temas histórico‑artísticos… Ha estado cinco años en el Museo de Jaén como Conservadora del Museo y, recientemente, se ha traslado a Sevilla, donde se encuentra en la Dirección General de Bienes Culturales e Instituciones Museísticas de la Junta de Andalucía. Ha realizado trabajos de su especialidad y lleva varios años presentando ponencias en San Lorenzo del Escorial, referidas, principalmente, a esta institución que hoy vamos a conocer de su mano. Para el que quiera consultarlas, aquí las tiene: imágenes infantiles en el convento de la Purísima Concepción, de las carmelitas descalzas de Úbeda (Jaén);aproximación a la devoción mariana de gloria en el Carmelo femenino ubetense; temas navideños en el museo de Jaén; el Crucificado en las Revistas de Arte andaluzas.

Actualmente, se encuentra inmersa en la catalogación e inventario de todo lo que este convento contiene, llevando varios años de intenso trabajo; lo que ha ocasionado una amistad imperecedera entre sus dulces monjitas y esta callada y prudente ubetense, que va llevando su persona y su buen hacer con un reservado y recio ubetensismo…

Como, en esta visita, no he tenido que tomar notas (a vuela pluma) para luego elaborar este artículo (como he debido hacerlo en las anteriores…), sino que ella me ha pasado (extractado), amablemente, todo lo explicado, es por ello que paso a reflejarlo literalmente (en negrita), para que quede como testimonio y/o conocimiento de todos los que quieran saber más y mejor de este emblemático convento.

Primeramente entramos todos a la iglesia (que casi se llenó de gente). Yo, que he estado asistiendo regularmente a todos los Paseos por Úbeda y sus contornos programados para este curso (excepto al de la Sinagoga del Agua), quedé sorprendido del gancho que esta visita ha tenido, tanto en la multitudinaria asistencia de público como en la exquisitez y sencillez con que Margarita lo ha hecho.

En la iglesia comenzó sin micro (y con un silencio y una atención encomiables por parte del público), donde había un variopinto catálogo de gente, niños incluidos. Todos quedaron embobados con sus explicaciones, y sin esperar al final, no pudimos ni quisimos contener un cerrado aplauso cuando, por fin, enchufaron las monjitas el micrófono y su sencillo discurso (pero enjundioso y motivador) captó nuestra atención de una manera prodigiosa… Hasta se tuvo que cerrar la iglesia para que la gente no molestase las doctas explicaciones de esta privilegiada joven, que al término de la visita a la iglesia y a la exposición Úbeda Desconocida. Los tesoros de la Clausura, todos felicitaron efusivamente…


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