Generalife

A ti te vi, ¡oh, hada misteriosa!,

en el sereno ocaso de Granada;

a ti, encantado, yo miraba,

porque eras, en la noche, blanca rosa.

 

Rosácea, sumisa, ensoñadora,

novia sigilosa de la noche,

eres, de la ciudad Bella, derroche

de pálida belleza cual aurora.

 

Inundada de adelfas y de lágrimas,

que de la noche alumbran las estrellas,

eres, Generalife, espejo de ellas

entre estruendo con alas de las almas…

 

Violácea, ebúrnea, soñada hada,

junto a la mágica Alhambra, encantada.

 

pedrovico24@hotmail.com

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