Cuarenta años y un día

Querido José M.ª Berzosa:

Como me ha escrito un compañero de la promoción de magisterio 1970-73, rememorando los años pasados en la Safa, con el sugestivo título “Cuarenta años y un día”, te pido publiques el artículo en nuestra página web. Te envío también cuatro fotos en las que está él, en el encuentro que hemos tenido el pasado 29 de junio.

Dándote las gracias por todo, recibe un cordial abrazo.

fernandosanchezresa@hotmail.com

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Tratar de resumir cuarenta años de alejamiento de personas que significaron mucho en mi vida durante dos años, es difícil. Tratar de explicar mis sentimientos en el día en que nos reunimos algunas de aquellas personas, también lo es, pero lo puedo intentar. Mi primera 

impresión, cuando conocí la cita, fue de miedo; sí, de miedo al paso de los cuarenta años que hacía que no veía a nadie de aquellos compañeros y
compañeras. Miedo a no recordar ni los nombres ni las caras, a ser un auténtico desconocido entre desconocidos. Pero no fue el caso: en cuanto os empecé a ver, parte de mi memoria olvidadiza, empezó a recordar, empezaron las imágenes de aquellos años a aflorar desde lo más profundo de mis recuerdos. La tímida Margarita que, con gran desparpajo, nos amenizó los postres con sus canciones y chascarrillos. El serio Fernando, que miraba ensimismado a Margarita y a su ilustradísima hija. Los acogedores Juanfran y Antonia y todos los demás compañeros que no nombro por no olvidar a ninguno, pero que me trajeron bellos recuerdos que iré compartiendo con ellos de forma privada a partir de ahora que tengo sus direcciones.

 

Bien es cierto que me llevé un verdadero disgusto al conocer el estado de algunos compañeros y compañeras, por lo que rogaré siempre por ellos. También eché en falta a otros compañeros con los que corrí verdaderas aventuras durante esos dos años; accidentados viajes en autoestop, guerra de panes por las noches, ingestas de huevos de paloma y vinos por 2,50 pesetas en el bar de los Peritos, películas en Úbeda o en Baeza o en Linares, con dificultades para volver antes del cierre nocturno de las puertas, acogidas “políticas”, en nuestra habitación, de compañeros desplazados de las suyas, para permitir que sus compañeros estudiaran con algunas compañeras avanzadas en las materias de Ciencias Naturales… Nada fuera de lo normal, de personas jóvenes, de alrededor de veinte añitos; es que, también nosotros los tuvimos ¿verdad?

 

Propongo algo que seguro que no es ninguna nueva idea ni una originalidad, pero ahí va: ¿sería posible citarnos cada tres años en una fecha que nos viniera a todos bien? Lanzo el reto a Margarita/Fernando, felices organizadores de estos eventos; así nos podríamos encontrar más gente que no nos vemos, por estar lejos de aquellos lares.

Por último, pedir disculpas a aquellos compañeros y compañeras con los que no hablé durante más tiempo: lo haré personalmente, en un futuro próximo. Me ha costado más de una semana poner mis emociones y sentimientos en orden. He tenido que poner en su sitio muchas piezas de un puzle muy descompuesto en mi cabeza, pero me siento feliz de haber estado con todos y ocupáis un puesto fijo y seguro en mi corazón. La próxima… será muy distinta. Gracias a todos por estar ahí.

 

Besos y abrazos para los presentes y los ausentes.

 

Paco López Ruano.

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