¡Ahora que vamos despacio, ahora que vamos despacio, vamos a contar mentiras, tralará…!
Cantamos alegres por el camino dando saltitos de gusto y berreando la cancioncilla a grito pelado. Como pelado está el camino y sus bordes. Pero eso no nos importa, que lo importante es que vamos por ahí, cantando, de excursión.
Y puestos ya a contar mentiras, pues nos lanzamos, que es una forma ingeniosa de matar el tiempo y de enmascarar la pesadez de la ruta. Su fatiga.