Viene el tren,
trepidante,
jadeante;
un instante
que pasa como la vida,
como el viento en el trigal,
como la lluvia furtiva,
como el aire en palmeral,
como escalas de la lira…
junto al mar.
Puede ser
que te refleje la infancia,
la juventud no vivida,
los sueños y la esperanza,
y que regrese tu alma
al rincón del dulce hogar,
junto a la madre querida…
junto al mar.
Pasa el tren:
tiembla el suelo,
tiembla el alma,
ruje el viento,
raya el alba,
la estrella de la mañana…
y tú ves
las ilusiones perdidas,
el amor que pudo ser,
y como nube se fue…
la niebla de la mañana,
lo que fuiste,
lo que es,
lo que pudo haber sido y no fue…
La caravana del tren
se aleja en desbandada;
mi vida queda parada…
junto al mar.