Al amigo que marchó…

Hermoso se viste el árbol

en la gentil primavera;

precioso se ve, esplendente,

en la frondosa arboleda.

En clara y lluviosa tarde,

de este preciado abril,

las nubes rozan el río,

el cielo luce de añil.

Y voy soñando caminos

en la tarde silenciosa;

yo contemplo, esplendorosa,

la primavera que vino.

Absorto, voy caminando

por senderos y veredas

recreándome en quimeras,

al amigo recordando…

Por los márgenes del río,

mi alma se ha ensimismado,

y junto a la luna, riela

a la par, juntas, viajando.

Al amigo que marchó

oculto, sin hacer ruido,

lleva muy dentro mi alma,

pues era amigo querido…

 

pedrovico24@hotmail.com

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