Las claras horas de noviembre tienen
más profundas las aves, más discreta
la música, el azul más vaporoso,
las verdades dispersas, indultadas.
Escondidos están en las palmeras
tus sueños trastornados, mis delirios
de pobreza. Si a veces tú descuelgas
el teléfono para hablar contigo
y contarte tus propias soledades,
yo contesto al otro lado con voz
muy parecida a la de un actor viejo
de la nouvelle vague.
Claras horas
de noviembre para mirar la espalda
de la tarde callada y olvidar
que has llamado de nuevo a tu teléfono.