El itinerario recorrido para la conformación de una greguería constituida con letras es el mismo que cuando se trata de las basadas en cifras. Véase, a modo de ejemplo, la siguiente greguería con la que el lector puede reconstituir el proceso señalado: «El 6 es el número que va a tener familia».
Serie |
Individuo |
Rasgo eludido |
Conclusión |
Mujer [1] |
embarazada [1a] |
vientre abombado [1b] |
“Dar a luz” |
Número [2] |
6 [2a] |
forma arqueada [2b] |
“Tener familia” |
Este principio de identidad, equivalencia o semejanza que opera sobre un trasfondo silogístico, parece presidir la mayoría de estas greguerías fundamentadas en cifras y/o letras. Por lo demás, el lector puede comprobarlo fácilmente, desmontando como se ha visto el mecanismo que las configura.
Intento de clasificación
De todas las propuestas que he podido consultar sobre el género greguerístico, dos y por diferentes razones me parecen las más sesudas y eficaces:
1. La que propone Luis López Molina en su artículo titulado “Nebulosa y sistema en las greguerías ramonianas” (1981), en donde, partiendo de una reflexión acerca de la naturaleza misma de la greguería y privilegiando el aspecto funcional y semántico sobre el morfológico, distingue tres categorías: la discursiva, la asociativa y la verbal. Tres categorías lo suficientemente flexibles como para poder abarcar la inmensa y variada riqueza de la «nebulosa greguerística».
2. La que propone César Nicolás en su libro Ramón y la greguería. Morfología de un nuevo género (1988). C. Nicolás concede mayor importancia a los aspectos morfológicos de la greguería y completa la propuesta de López Molina.
Atendiendo, por mi parte, a todos esos criterios ‑funcionales, semánticos y morfológicos‑ haré un intento de clasificación. Pero antes, me parece aconsejable establecer una tipología según que el proceso imaginativo de las greguerías esté fundamentado en cifras o en letras. Voy a distinguir tres apartados (A, B y C), que ilustro con algún ejemplo:
A. Greguerías basadas en cifras.
A1. En una sola cifra:
«El 4 tiene la nariz griega».
«El 7 es el zapapico de los números».
A2. Basadas en la repetición de una misma cifra:
«4444: números haciendo flexiones gimnásticas».
«Rompía tanto los pantalones que los sietes que le había cosido ya su madre sumaban 7 777».
«55, una pareja de la Guardia Civil».
A3. Basadas en la agrupación de cifras diferentes (grafía árabe o romana):
«El 46 es un número matrimonial que se va dando un paseo conyugal».
«Las parejas de cisnes parecen que señalan siempre una misma cifra, el 22; pero, a veces, cuando uno de ellos está entrado en el agua y el otro está en pie, a la orilla, señalan el 24».
«Los que fechan cualquier cosa con números romanos (MCMXXXV) son unos MMMEMOS».
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