A pesar de la navidad laica, carnavalera y consumista que nos están ‑y nos estamos‑ montando, año tras año, la ilusión de los discentes y de la comunidad educativa del CEIP Sebastián de Córdoba de Úbeda (Jaén) se sintió colmada cuando llegó el día 21 de diciembre, anuncio fallido del “Fin del mundo” (leyenda urbana orquestada en todos los medios de comunicación que confundió las predicciones alarmistas en lugar de anunciar la verdad: el fin del primer trimestre escolar…); pero que trajo a este centro educativo a los tres Reyes Magos ‑que por cierto llegaron vía Huelva…‑ portando bajo sus brazos ‑y en las alforjas de sus camellos‑ regalos que acrecentaron la ilusión de unas esperadas vacaciones, que llevarán a acometer el próximo año 2013 con más alegría y esperanza; a pesar de la crisis económica en la que nos han metido y de la que veremos cuándo saldremos…
Fue un día soleado y casi de fiesta ante la proximidad de la entrega de notas, resumen de un largo trimestre de trabajo continuado; y, como pórtico a estos días de encuentro familiar sincero ‑a veces, impostado e impuesto…‑, que se supone son las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
Durante la última semana lectiva, el alumnado ha recordado el mensaje evangélico cristiano que nos trae cada Navidad: que el niño Dios nació en Belén, pobre y desamparado, y que en nuestro planeta sigue habiendo demasiados seres humanos que no tienen ni siquiera para comer…
Para premiar el término del trabajo realizado, tanto por el profesorado del centro, con su director a la cabeza, como por el AMPA, auténtica organizadora del evento, todos se premiaron, como es costumbre en este cole desde hace bastantes años, mediante una fiesta navideña que culminó con la arribada de los Reyes Magos y sus pajes al centro educativo. El profesorado de infantil y doña Aurora Jódar, maestra de música del cole, fueron los principales artífices del contenido musical navideño…
Primeramente, Infantil celebró una fiesta en la que los parvulitos cantaron tiernos villancicos, mientras tomaban un desayuno colectivo. Las cámaras de fotos y vídeos no pudieron ‑ni quisieron‑ quedar ajenas al evento que se celebraba, pues fueron momentos inolvidables que el tiempo jamás debería borrar…
Melchor, Gaspar y Baltasar, siempre dadivosos y adelantándose a Papá Noel, repartieron regalos para todos, lanzando escuetos y enjundiosos discursos ante el embobado público que los admiraba… A cambio, los niños fueron cantándoles emotivos villancicos cual preciado regalo de Navidad: “El portalico”, “Dinguidón”, “Mi, sol, la Navidad”, “Tres camellos”, “Toquen los instrumentos” y “The first Noel”…
Cada curso, al finalizar su actuación ante sus majestades, se repartió en tres filas (eligiendo cada infante a su rey preferido…) para hacer entrega de la carta preparada, con tanto esmero y expectación, recibiendo chucherías y regalos.
A las dos de la tarde, las notas escolares recibidas se entremezclaron con el ancho horizonte del tiempo feliz conquistado, pintando un paisaje personal y colectivo que siempre se repetirá ‑sea cual sea la edad, el colectivo o la época en que ocurra‑ como agua fresca de lluvia que cae del cielo de la añoranza…
Úbeda, 22 de diciembre de 2012.