Ahora, en cambio, la vida me regresa al punto terminal de la jornada, sólo fragmentos de memoria y vida, me recuerdan quién fui y a dónde iba, en este rincón donde me muero a solas,tal vez me habiten los siglos venideros.
Y llegará febrero, la vida nueva entre algodones de fiesta tibia, con tu misterio, con mi silencio, entonces Claudia vendrá a besarte, para la risa tu abuela siempre, por las veredas de tu venida.
Tus padres sueñan sueños de gloria, todo lo llenas, todo se encierra en la promesa de tu triunfo, rueda la rueda, la nube baja con los quijotes amanchegados por los caminos, son los gigantes ahora vencidos, aspas azules entre mis sienes alborotadas, en aquel sitio de cuyo nombre ya ni me acuerdo ni tan siquiera, con los piononos abrillantados en esa isla, y muy caliente ese cafetito, arde el deseo en el kinépolis de cielo inmenso, con alas libres.