En la orilla contraria


13-09-2012.
I. En el mar de noviembre
 
 

En la orilla contraria
 
 
 
La palmera es humilde
aunque es alta y esbelta,
lúcida en su sentido
vertical, oteadora
de las naves que llegan
o escapan entre nubes.

Mide con las palmas de sus manos
la longitud del aire,
los espacios flexibles
que conducen al mar
o se llenan de pájaros o dátiles.
Qué solemne es lo simple,
lo humilde qué sagrado.

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