Técnica de extracción de semen en gallos de pintada
La técnica de extracción de semen en gallos de pintada se basa en la técnica desarrollada por Burrows y Quinn (1937‑1939). Esta técnica manual se basa en la acción desencadenante de la eyaculación que produce el masaje dorso abdominal posterior, al estimularse las terminaciones nerviosas erógenas que se encuentran en la zona de la cloaca y en la línea que une los isquiones, hasta su prolongación en la línea de la quilla, en el esternón.
Para realizar la recolección del semen se necesitan, normalmente, dos personas; pero, en caso de utilizar un banco de recolección, solamente será necesaria una. Para agilizar las operaciones, disminuir el estrés de las aves y obtener un semen más limpio, es recomendable la participación de dos operarios debidamente entrenados.
Uno de los operarios se ocupará de extraer al gallo de pintada de la jaula de las baterías; esta operación deberá llevarse a cabo causando el menor estrés posible al animal. Los gallos en la especie pintada pueden propinar dolorosos picotazos, por lo que es importante que el cuidador encargado de inmovilizarlos vaya equipado con unos guantes de material resistente (fig. 44). No es recomendable descuidarse acercando demasiado la cara a las baterías, ya que, si estamos ocupados con uno de los animales, podemos descuidarnos y recibir un doloroso picotazo del ave que está al lado.
Fig. 44. Para extraer los machos de su jaula es necesario que el operario use guantes, a fin de evitar posibles picotazos del animal.
Una vez inmovilizado el gallo, se saca de la jaula de la batería y se lleva al potro de inseminación; aquí se inmoviliza, por uno de los operarios, por las patas y por las alas, y a continuación el otro operario comienza a realizar las operaciones de estimulación y de recolección del semen (fig. 45).
Fig. 45. La manipulación del macho para extraerle el semen requiere la utilización de una mesa elevada o “potro”, sobre el que se apoya el ave.
La técnica de Burrows y Quinn para la recolección de semen se efectúa realizando un leve masaje en la zona dorsal terminal, encima de la cloaca y en la zona inmediatamente superior a la cola. Llevamos la mano a los alrededores de la cloaca y visualizamos el pene del macho. Se trata de un órgano rudimentario, que puede variar de tamaño, formado de una mucosa plegada con un surco central por el que resbalará el eyaculado del gallo de pintada.
Estimulando la zona de alrededor de la cloaca, con el pene en el exterior, conseguimos la tumefacción del mismo; esta operación la realizamos con los dedos índice y pulgar de una de las manos, y con la otra sostenemos el recipiente en el que recolectaremos el semen, que puede ser una placa de Petri, un tubo de ensayo, un tubo de aspiración, etc. Una vez que el pene del gallo está tumefacto y eversionado a través de la cloaca del animal, se realiza un suave masaje en la zona lateral del mismo, ejerciendo una suave presión en los bulbos laterales para realizar el “ordeño” del semen y aprovechar así la máxima cantidad de eyaculado. El esperma blanco lechoso fluye a través del surco del pene (fig. 46). En la pintada, el volumen recolectado es del orden de 50 a 150 microlitros por gallo. La concentración de espermatozoides es muy elevada, por término medio, y alcanza del orden de 7 a 8 millones de espermatozoides por microlitro.
Fig. 46. Extracción de semen, en gallo de pintada.
Todas estas operaciones se deben realizar con la máxima suavidad posible, ya que la mucosa del pene del gallo es muy sensible y puede dañarse, con lo cual repercutiría negativamente en el rendimiento reproductivo del ave y en la calidad del semen recolectado. El semen debe ser utilizado en los 10‑15 minutos siguientes a las operaciones de recolección.
Una acción recomendable, antes de empezar las labores de recolección de semen y de inseminación en las hembras, es realizar un desplumado de la zona ano isquial, para obtener muestras de semen limpias y para facilitar la inseminación en el caso de las gallinas.
La frecuencia de recolección del esperma permite modificar el número total de espermatozoides producidos por cada gallo. El paso de una a dos recolecciones semanales (dos inseminaciones por semana) permite aumentar casi el 50% de espermatozoides producidos por cada gallo durante la semana.
Al final de la vida reproductiva de los gallos, a menudo, hay una súbita disminución del número de espermatozoides recolectados por eyaculado. Esta disminución es debida a una bajada de la producción de los testículos. En este caso, se recomienda recolectar el semen de los gallos de pintada cada cinco días, en vez de dos días por semana.
Dosis de inseminación en la pintada
Según diversos autores, en la pintada es necesario diluir el semen para mejorar los resultados de la inseminación. Sin embargo, las inseminaciones con semen puro, realizadas en el Centro de Investigación La Orden Valdesequera, han evidenciado su eficacia, consiguiendo los mismos resultados, o incluso mejores, que cuando se emplea semen diluido.
Durante la primera mitad del periodo de puesta se recomienda utilizar dosis de inseminación que contenga entre 80 y 90 millones de espermatozoides, lo que se consigue, aproximadamente, con unos 8 a 10 ml/hembra; en la segunda mitad del periodo reproductivo de las hembras, las dosis deben ser aumentadas a 110‑120 millones (aproximadamente 20‑40 µl/hembra). Este aumento de la dosis de inseminación se debe a que, con la edad, se disminuye la capacidad de almacenamiento de semen de las hembras; por ello, debemos tenerlo en cuenta para mantener los niveles de fertilidad.
Para obtener dichas cantidades de semen es necesario, aproximadamente, un macho por cada 4‑6 hembras.