Cartas de mis lectores

22-02-2012.

Querido amigo:

Te remito los encendidos elogios que nuestro antiguo socio Alfredo Rodríguez envía a José María Berzosa, con copia adjunta para mí.

Creo que con contribuciones como las de Dionisio, tu página web está entrando en fase terminal. No se trata de censurar a nadie ni de eludir confrontaciones ideológicas, sino de evitar articulejos sesgados, llenos de mala baba, mal escritos y sin gracia alguna. Éste es Dionisio.

Yo no sé qué coño le habrá pasado a este hombre como para odiar tanto las ideas progresistas, que prácticamente no se han aplicado en España casi nunca y menos por un mindundi como Zapatero. En concreto, su escrito de hoy está dentro de la confrontación tan estúpida como peligrosa que nos ha dividido a los españoles desde hace dos siglos. Usar esta página web para ajustar cuentas es un ínfimo recurso que no debe servir ni siquiera para aliviar un poco el resentimiento personal tan explícito, por otra parte, en los escritos de este hombre. Escritos que, bajo una apariencia desenfadada, envenenan el ambiente y hieren sensibilidades muy diferentes a las de este "analista". Parece que nadie tenga derecho a protestar ante la evidente pérdida de derechos que estamos sufriendo la mayoría de la sociedad española, donde el abismo entre ricos y pobres no hace sino ensancharse. No obstante, lo que de verdad me afecta es que cualquiera que lea tu página web saque la idea equivocada de que en ese colegio todos éramos tan cerriles y tan limitados como Dionisio. Y no era así.

Deberías entrar en un proceso de autocrítica y considerar si merece la pena poner en la red un escrito tan sesgado, tan violento, tan primitivo y tan pobre, intelectualmente hablando, como el que hoy has tenido el desacierto de mostrar, todo por rellenar un espacio diario. Saludos, Alfredo.

Ante una crítica tan respetuosa he pensado que tenía dos opciones, contestar o no contestar. Como modestia aparte soy una persona muy bien educada, como antiguo alumno de la Safa, he optado por la primera. Te envío mi breve respuesta:

¿Qué pastillas estás tomando, querido Alfredo? O quizás. ¿Qué pastillas has dejado de tomar? Un abrazo, Dionisio R.

Deja una respuesta