Campo de olvidos, 5

21-12-2011.

UNO DE NOVIEMBRE

QUÉ LIBRES SON LOS MUERTOS EN SU MUERTE;

ya nadie pone en duda

su edad exacta,

su voluntad finita.

Ocupan un vacío permanente

en el fondo secreto de la tierra,

en esa latitud

en la que el riego de la sangre

es un estado independiente

del estado ruinoso de los huesos.

 

Tan libres como aquellos caballeros

de largas barbas blancas

y erizados cabellos como sierpes,

perdidos en el mundo

de su locura, en sí,

claveros de su propia desmemoria:

un círculo infinito

rodeado de ausencia

por todas partes menos por la lengua

que lame las cenizas

y cierra las ventanas.

Que nadie desenrede

los hilos de la muerte

con secas oraciones.

juralopez42@msn.com

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