El abuelo del emperador Marco Aurelio

10-04-2011.

Siempre había algún cura que nos decía: «La continencia y moderación, lejos de dañar el amor conyugal, le otorga mayor valor humano». Era triste pensar que nuestros abuelos, los pobres, por haber tenido diez o doce hijos, se habían pasado la vida perjudicando los valores de la Humanidad. También nos decían que «mirar a la novia con concupiscencia» era pecado mortal. Seguramente, les hubiera gustado que la mirásemos como se miraba el catecismo o un cuadro de San Leoncio. Y, en materia de planificación familiar, nos inculcaban que el acto sexual sólo tenía como fin la procreación. En fin, que si ibas a buscar la “parejita” y eras certero en el intento, tu vida sexual se limitaba a un par de asaltos en toda tu carrera matrimonial.

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