15-01-2011.
Si la figura de don Pascual Megina acompaña y resulta imprescindible en la vida de la Safa, desde los años 51 al 83, la de don Gregorio Alfaro es la continuación del estilo Safa desde entonces hasta nuestros días.
Persona tolerante, entregada a la mejora educativa, instructiva, con una continua relación con la Asociación de Padres, a nivel de la localidad ha mantenido un excelente equilibrio y una relación de cooperación con el resto de los colegios, buscando el bien de la enseñanza a nivel local. Su actitud dialogante ha hecho que los centros de la localidad hayan mantenido una estrecha colaboración. Incansable trabajador, ha puesto su tiempo y su experiencia en la Dirección del Centro durante los últimos veinte años.
Nació el 27 de agosto de 1943 en Valdemarín, aldea perteneciente al término municipal de Orcera. Sus primeros años transcurrieron en el medio rural, en donde se cubrían las necesidades básicas, a pesar de las dificultades por las que transcurría la vida española, tras unos años de guerra civil, a la que siguió una tremenda crisis económica.
Desde corta edad, asistió a la escuela unitaria junto a unos cuarenta compañeros. Sus primeros años transcurrieron entre la asistencia a la escuela y, gran parte del tiempo, para ayudar a sus padres en las tareas del campo y el cuidado de sus animales.
La familia, preocupada por el futuro de su hijo y sin posibilidades económicas para costearle estudios, se entera de que en Villanueva habían abierto un colegio de internos para niños pobres. El padre Pérez, jesuita, director del internado, animó a la familia para que su hijo se presentase a los exámenes de selección que cada curso se celebraban en Villanueva.
Una vez superado el examen de ingreso, llegó al internado de esta localidad. Gregorio fue nombrado Príncipe del Colegio, la más alta dignidad que se otorgaba a los alumnos que sobresalían, no solamente en conocimientos sino también en un comportamiento adecuado.
En el curso 1957/58 ingresó en Úbeda para estudiar. Allí inició el primero de los ocho cursos que formaban el Plan de Estudios de Magisterio de la Iglesia. (Si algún alumno se retiraba de allí por algún motivo, falta de rendimiento académico o de comportamiento, los años cursados no le servían de nada, ya que no tenían validez oficial, hasta el final de ellos).
Finalizó los estudios de Magisterio el curso 1965/1966 y en septiembre se incorporó a la Academia de Bachillerato “San Ignacio”, que funcionaba en nuestra localidad. Dificultades económicas hicieron que esta idea fracasase, tras algunos años de excelentes resultados académicos de los alumnos que debían examinarse como libres en el Instituto “San Juan de la Cruz” de Úbeda.
En octubre de 1966 fue nombrado maestro interino en Montellano, logrando aprobar las Oposiciones de Magisterio e incorporándose, con carácter definitivo, en Villanueva del Arzobispo.
Tras la jubilación de don Pascual Megina, fue nombrado director el día 3 de enero de 1983. Desde entonces, ha estado entregado, en cuerpo y alma, a la enseñanza para lograr las mejoras necesarias con nuevos proyectos, y en la adecuación de las instalaciones a los nuevos tiempos.
Hombre comprometido con su tiempo, planifica actividades que le llevan a ser necesario y útil en la vida cultural de nuestra localidad.
HOMENAJE
En el mes de octubre del 2004, los compañeros de Safa, miembros de las distintas comunidades educativas, amigos, alumnos, antiguos alumnos y los integrantes de la Asociación de Padres y Madres ofrecieron un homenaje en reconocimiento a su años de labor y especialmente a sus últimos veinte años, como director. En representación de la Delegación de Educación, asistieron el inspector don Luis María Diosdado y el anterior inspector, don Antonio Tornero Parra.
Se celebró una misa en la parroquia de San Andrés, concelebrada por el actual párroco, don Ángel Sánchez Dandy, y el anterior, don Francisco Rosales.
Después, unas ciento veinte personas se reunieron en el hotel Torres I para compartir una comida. En el transcurso de la comida, se le entregaron al homenajeado distintos recuerdos: un pin de plata con la fachada del Colegio, un artístico pergamino, un álbum de fotos con su trayectoria como alumno, profesor y director, así como un libro de firmas en el que se recogieron los mensajes de todos los asistentes.
Tras diversas intervenciones, destacando su labor profesional y humana, don Gregorio Alfaro expresó su agradecimiento a todos los asistentes.
Nuevo director, Ricardo Taboada Velasco
Tras el cese de don Gregorio Alfaro, fue nombrado director don Ricardo Taboada Velasco, en septiembre de 2003.
Nació en una aldea enclavada en un valle perteneciente al Concejo de Aller (Asturias), el 6 de julio de 1954. Mima a la aldea, de nombre Levinco, un río cristalino donde se crían las mejores truchas ‑según dicen los pescadores‑. El pueblo gozó de una mina muy importante, que ocupaba a muchos trabajadores de toda la zona. Por ello, Ricardo, es hijo de minero.
Se le concedió una beca del “Reaseguro” y lo enviaron a la Safa de Alcalá la Real, junto con un puñado de huérfanos de la minería.
Más tarde, pasó un año en Andújar y, por fin, llegó a Úbeda para estudiar Magisterio. Finalizó sus estudios y volvió a Oviedo. Pronto regresa, al ser reclamado por una compañera, M.ª Juana, que más tarde sería su esposa.
Fue destinado a Villanueva en septiembre de 1980. Desde entonces, ha constituido una pieza básica en la vida cultural y profesional de nuestra ciudad, con actividades deportivas como el fútbol y el ciclismo.
Su actividad como Concejal de Cultura, en una de las últimas legislaturas, logró que floreciera su actitud de trabajo y organizativa para lograr unos índices altos en esta actividad, logrando especiales éxitos en la realización de los actos conmemorativos del VI Centenario de la Fundación de la Villa.
Manuel López Fernández, nacido en Villanueva del Arzobispo, ejerce desde 1970 en el Colegio Público «Nuestra Señora de la Fuensanta», como maestro y como Director en el último periodo.
Inició las Jornadas Histórico-Artísticas de Las Cuatro Villas en este colegio, en el año 1987, participando y publicando varios trabajos en todas ellas.
Es miembro del Consejo de Redacción de la Revista «La Moraleja», desde su fundación en el año 1993.
El año 1994 fue nombrado Cronista Oficial de la Ciudad, asistiendo a los Congresos Provinciales y aportando distintas investigaciones.
Publica sus trabajos en distintas revistas de carácter local o provincial.
En el año 2000 presenta su libro Villanueva del Arzobispo: sus calles y sus gentes.