Lo tontuno lingüístico

22-01-2010.

He recibido de un amigo este mensaje que, por su interés, os transmito.

Los años que tengo me han facilitado la suerte de estudiar con unos planes educativos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la propaganda política. En “párvulos” (así se llamaba entonces lo que hoy es “preescolar”, mire usted), empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente: la A de “araña”, la E de “elefante”, la I de “iglesia” (sí, sí, de IGLESIA, ¿qué pasa? ¿se va a molestar algún árabe?), la O de “ojo” y la U de “uña”.

En la velada, mi madre, a la luz del candil, me obligaba a releer aquella cartilla. Luego, cuando era un poco mayor, llegaba El parvulito, un librillo con poco más de cien páginas y un montón de lecturas; no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en El parvulito no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos de dos rayas y de una sola. El bloc de hojas cuadriculadas o blancas lo empezamos a utilizar en el BUP (que ya era un bachillerato degradado…).
En EGB estudiábamos Lengua Española, Matemáticas (las llamábamos “tracas” o “matracas”), Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Plástica (dibujo y trabajos manuales), Religión (!) y Educación Física. En 8.º de EGB, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo b en vez de v, o cinco faltas de acentos, te suspendían.
En el devaluado BUP, aunque era alumno de Ciencias, estudié Historia de España (en 1.º), Latín y Literatura (en 2.º) y Filosofía (en 3.º y en COU). Todavía me acuerdo de las declinaciones (la primera: rosa, rosa, rosa, rosae, rosae, rosa en el singular; ‑ae, ‑ae, ‑as, ‑arum, ‑is, ‑is, en el plural; la segunda: ‑us, ‑e, ‑um, ‑i, ‑o, ‑o, en el singular; ‑i, ‑i, ‑os, ‑orum, ‑is, ‑is, en el plural; no sigo…, que os aburro); de los verbos: poto, potas, potare, potabi, potatum, ‘beber’; de algunas traducciones: lupus et agni in fluvi ripa aqua potaban; superior erat lupus longeque agni ‘el lobo y el cordero bebían agua en el río; el lobo estaba arriba, lejos del cordero’; mihi amiticia cum domino erat, ‘yo era amigo del señor’. Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las Coplas por la muerte de su padre de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega, a Espronceda…
Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con cierta corrección. Aprendí bastante de nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura. Aprendí que se dice Presidente y no Presidenta, aunque sea una mujer la que desempeñe el cargo.
Vamos con la Gramática. En español hay participios activos como derivados de los tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar es atacante; el de salir es saliente; el de cantar es cantante y el de existir, existente. ¿Cuál es el del verbo ser? Es ente, que significa ‘el que tiene entidad’; en definitiva, ‘el que es’. Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación ‑nte. Así, al que preside, se le llama presidente y nunca “presidenta”, independientemente del sexo del que realiza la acción. De manera análoga, se dice capilla ardiente, no “ardienta”; se dice estudiante, no “estudianta”; se dice independiente y no “independienta”; paciente, no “pacienta”; dirigente, no “dirigenta”; residente, no “residenta”. Todavía, si Dios no lo remedia, las difuntas yacen de cuerpo presente, aunque deberíase promover lo de “cuerpa presenta”. Eso sería ya la “lecha” (leche) y en la “calla” (calle) se oirían las “conversacionas” de las “mujeras”, “las cotilleas” (los cotilleos), las “discusionas” de las “madras” con los “padros”, que “estudiantas” y “estudiantos” no pueden escuchar, porque los/las tenemos prisioneros/as en “clasas” de Lengua Española y demás lenguas “expañolas”, impartidas por profesoras y “profesoros”.
Y ahora, la pregunta del millón: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, porque los hombres que ejercen el periodismo no son “periodistos”) ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española? Creo que por las dos razones. Es más: la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos; y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).
Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del sexo femenino y que habían firmado un manifiesto. Alguno de los firmantes era “dentisto, futbolisto, esteticisto, poeto, sindicalisto, pediatro, pianisto, gimnasto, golfisto, arreglisto, funambulisto, proyectisto, turisto, trapecisto, contratisto, paisajisto, taxisto, artisto, periodisto, violinisto, taxidermisto, telefonisto, masajisto, ciclisto, interioristo, albañilo, estudianto, profesoro, trompetisto, violinisto, guitarristo, bajisto, maquinisto, electricisto, oculisto, policío del esquino” y, sobre todo…, “¡machisto!”.


Nota del redactor jefe (si fuese mujer, debería escribir Nota de la redactora jefa):
La palabra presidenta Mujer que preside. está recogida en el DRAE, en su 22.ª edición; pero, normalmente, cuando el término es sustantivo, suele utilizarse el masculino para ambos sexos, aunque hay algunos que admiten ambas variantes: acompañante/a, almirante/a, asistente/a, ayudante/a, cliente/a, comandante/a, comediante/a, confidente/a, congregante/a, danzante/a, dependiente/a, farsante/a, figurante/a, gobernante/a, infante/a, intendente/a, mendigante/a, pariente/a, penitente/a, postulante/a, practicante/a, pretendiente/a, principiante/a, recitante/a, regente/a, representante/a, sargento/a, sirviente/a, teniente/a, tunante/a…
Puede que el género femenino tenga dos variantes: parturiente/a (porque está claro que el hombre no puede parir).
Si el término es adjetivo, existen ambas formas gramaticales: amarillento/a, avariento/a, calenturiento/a, ceniciento/a, corpulento/a, cruento/a, flatulento/a, fraudulento/a, friolento/a, grasiento/a, hambriento/a, harapiento/a, hediento/a, irredento/a, macilento/a, mugriento/a, opulento/a, polvoriento/a, purulento/a, sangriento/a, sanguinolento/a, sediento/a, soñoliento/a, suculento/a, sudoriento/a, tremulento/a, truculento/a, turbulento/a, violento/a, virulento/a…

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