
Aún resuena en el aire el eco del trueno gordo de la traca de la noche de San Francisco. La fiebre festiva cesa y ya es recuerdo la Feria 2009. Fin de un apretado programa que se inicia con la preferia, protagonizada por los actos del traslado de nuestra patrona, la Virgen de Guadalupe, precedidos por una concurridísima novena en la sin par iglesia de San Pablo, atestada de fieles que aguantan, estoicos, un insufrible calor y una más que deficiente megafonía.
Lástima que no se subsanen tan graves deficiencias y se ponga fin al irrefrenable chismorreo que muchas “piadosas mujeres” mantienen en su cotidiana visita a nuestra Señora, empezando por quienes ocupan la mesa, situada en la puerta de los Carpinteros.
Y, metidos en Feria, resaltar el acertado pregón de Mari Carmen Ruiz Ara, ausente de palabras repetitivas y de frases relamidas al uso.
Esplendorosos los actos religiosos del día 29 en honor a nuestro patrón, el arcángel San Miguel. Magnífica procesión con proliferación de personalidades, presididas por su hermano mayor, Eduardo Jiménez, artífice y conductor de la fiesta y de su implantación. Son muchas las personas que necesita Úbeda como Eduardo “Zorrica”: otro gallo nos cantaría.
Prudente el cartel de toros, del que se cayó nuestro querido paisano Juan Pizarro. ¿Es que el apellido pesaba mucho? En teatro no se vislumbran, en un horizonte próximo, las cotas alcanzadas en tiempos de nuestro llorado Antero Guardia. A propósito del premio que lleva su nombre: muy merecida, aunque no acertada, la concesión a nuestro paisano Ricardo Iniesta por su obra “Divinas Palabras”, de don Ramón de Valle Inclán: magnífico trabajo de adaptación e interpretación, que revelan unos valores y un pensamiento que, sinceramente, no es el mío.

El ferial, con su impresionante iluminación y colorido, acusó la “pasada por agua” de los primeros días y lució su máximo esplendor el último fin de semana. Muy animado el recorrido por el “vía crucis”: La Sentencia, el Prendimiento, la Columna; y díganme ustedes si se pueden tener muchas ganar de vivir la feria, metiéndose en una caseta llamada la “Buena Muerte”, o si se pueden tener muchas ganas de comer, beber y tapear, metiéndose en otra caseta que se llama “Las Angustias”. Pero así es la feria y cada uno se mete en la caseta que le da la gana. ¿Será por eso que la del PSOE estaba vacía? No me extraña, estando el careto de Zapatero colgado el primero, entrando por la izquierda. Se le quitan a uno las ganas de cualquier cosa con semejante y nefasto personaje.

Bravo por Úbeda Viva que, al final, quitó el póster del Che Guevara. La verdad es que no sé qué pintaba allí tan siniestro sujeto. Si Antonio el Viejo hubiera levantado la cabeza…, ¡lagarto, lagarto!, la hubiera vuelto a bajar.
Por su parte, IU, pequeño grupo político en peligro de extinción, se aglutinaba, con rancia nostalgia, bajo la bandera republicana, de triste recuerdo. ¡A buenas horas, mangas verdes!