12-06-2009.
En el espacio sideral ubetense, Juan de Yepes y Francisco de los Cobos mantienen un interesantísimo diálogo. Oigámoslo.
—En esta húmeda y oscura noche. En esta cerrada noche fría, antesala del gélido invierno ubetense en que las heladas exteriores yermarán los entresijos interiores del alma, observo movimiento de gentes con no sé qué declarados afanes que se concentran a los pies de la Fuente de San Pablo… Son las nueve y media de este viernes cuando desde mi atalaya, rodeado de obras y circundado de alambradas, cual si me encontrase en un campo de concentración moderno, he podido observar ‑y padecer‑ que están arreglando el suelo sobre el que habito, abandonando ‑al fin‑ el rumor de hacer un aparcamiento subterráneo en mis entrañas… Temblando estoy con los nuevos aires de falsa modernidad restauradora que imprimen los actuales dirigentes y arquitectos, pues han cambiado mis antiguas farolas por otras más modernas….
Siento gente caminar con pausado paso. Una tenue conversación va llegando a mis pétreos oídos terrenales en la que vislumbro certeros y justos afanes reivindicativos… Portan cuatro pancartas y adivino entender el objetivo que se proponen. Quiero reconocer a esos famosos y aguerridos caballeros del siglo XXI que se han autodenominado Caballeros Veinticuatro ‑CIRUJANO, ATANOR, MERCADER, HERÁLDICO, MOZTEZUMA Y ALQUIMISTA‑ en rememoración de otros que hubo en esta noble ciudad de la que partí ‑tiempo ha, para cantar maitines al cielo‑, defensores a ultranza de esta singular villa. Les acompañan algunos ciudadanos que han sido enterados del acto que celebrar.
Van a ir colocando parsimoniosamente las pancartas. Con alarde de saltimbanqui y verbo carnavalero, el caballero MERCADER es protagonista principal de la escalada y asciende a la monumental Fuente de San Pablo, plena de humedades ‑que su semblante bien delata‑ y que nadie, hasta la fecha, ha sabido ni querido atajar… Coloca la pancarta: «¡LA FUENTE SE DESMORONA!» y velas votivas que dan un aspecto más místico y carmelitano a esta insigne plaza, que ahora nombran Primero de Mayo. Aún resuenan en mis intemporales oídos sones y voceríos, siglos ha, de este añejo mercado y zoco en el que tantos días de fiesta, ferias y toros fueron consumados…
Ahora se dirigen a las Viejas Casas Consistoriales ‑que actualmente llaman Conservatorio de Música “María de Molina”‑ para protagonizar un golpe de malabarismo funambulesco, colgando la segunda pancarta, «EL PATRÓN A SU HORNACINA RESTAURADA», en la que piden, en buena lid, que se arreglen sus tejados y se reponga, de una vez por todas, la imagen del santo patrón “San Miguel Arcángel”, señero y entrañable amigo en estos pagos celestiales donde ya me encuentro…
Y ya se marchan pausados, calle Juan Ruiz González abajo, para que mi cordial amigo Francisco de los Cobos, desde su más alta torre de la más emblemática plaza renacentista española, los siga de cerca y vaya relatándonos sus valientes hazañas en pro de ésta, nuestra soñada Úbeda…
Desde esta torre oriental del mausoleo que construí en vida, y mi querida esposa María de Mendoza tuvo a bien finiquitar, estoy enterado de las hazañas de estos aguerridos luchadores ubetenses que ‑año tras año‑ buscan mejorar su lugar patrio para que la dejadez, la incuria y el mal gobierno no la destruyan antes de tiempo…
Ya los veo aparecer en esta rectangular plaza, portando enseres y voluntades. Se acercan al andamio situado frente al actual Parador de Turismo y, tras intercambiar risas y pareceres, cuelgan la tercera pancarta, «¡ANDAMIOS FUERA!», y oigo nítidamente cómo piden que desmonten ese mamotreto metálico que desvirtúa este emblemático espacio y que dice bien poco del tan cacareado título “Patrimonio de la Humanidad” que poseemos…
Tras un corto paseo por la plaza, se dirigen a la fachada de la ex-colegiata, iglesia Mayor de Santa María de los Reales Alcázares que fue, y lleva demasiados años cerrada. Allí leen lo siguiente…
«Hoy decía el almanaque:
la vejez tiene dos ventajas,
dejan de dolerte las muelas y
se dejan de oír las tonterías
que se dicen a tu alrededor».
la vejez tiene dos ventajas,
dejan de dolerte las muelas y
se dejan de oír las tonterías
que se dicen a tu alrededor».
MANIFIESTO DE LOS CABALLEROS VEINTICUATRO
Y en la fría noche de este mes de diciembre, sin otro interés que el amor por nuestra tierra, en esta ciudad que llaman de Los Cerros, un año más, los “Caballeros Veinticuatro” nos hemos dado cita para llevar a cabo nuestra pública manifestación, en la que denunciamos y ponemos en alerta a nuestras autoridades municipales sobre los “descosidos” que presentan algunos de nuestros monumentos y a los que, debido a su importancia, deben prestárseles la debida atención, pues su indiferencia, no sólo desluce al edificio, sino que ‑incluso‑ puede ocasionar un irreparable perjuicio. Por ello este año hemos fijado nuestras denuncias en:
· La monumental Fuente de San Pablo que, debido a las infiltraciones de agua, padece el mal de la piedra y su desmoronamiento es continuo. ¿Hemos de esperar a que se destruya antes de iniciar una intervención?
· Las Viejas Casas Consistoriales, actual Conservatorio de Música “María de Molina”, por el mal encauzamiento de las aguas de las cubiertas, el deterioro del pilar de la esquina y parte del friso de la primera planta se están desmoronando. Pedimos, pues, que se repare y, acto seguido, que se reponga la imagen de nuestro Patrón en su hornacina. ¿O esperamos a que se nos venga abajo el pilar y se caigan todas sus arcadas?
· El andamio situado frente al Parador de Turismo exigimos que se desmonte, y si es que tiene que permanecer allí, que se coloque por la parte interior; así la plaza se verá libre de ese mamotreto que tanto contamina a este emblemático espacio. ¿Cuándo se tomará una determinación para este lugar?
· Como ya anunciamos hace tiempo, es propósito de los “Caballeros Veinticuatro” protestar cada año ante nuestra Iglesia Mayor como disconformidad por las prolongadísimas obras que se están llevando a cabo. Y como este 2008 se cumplen los 25 años del inicio de esos bochornosos trabajos, es por lo que, con una buena ración de ironía, celebraremos estas “Bodas de Plata”, cenando y brindando ante sus puertas clausuradas.
Dado en Úbeda a 5 de diciembre del año de Nuestro Señor 2008, festividad de San Sabas y víspera de la celebración del 30 Aniversario de la Constitución Española.
Los Caballeros Veinticuatro
Y ya estos aguerridos paladines del “bien conservar” nuestra Úbeda insigne, que han colocado la pancarta en la faldilla de la mesa «BODAS DE PLATA DEL CIERRE DE SANTA MARÍA», cerrada flor arquitectónica, que tan identificativa de lo ubetense y sacro es, decídense a cenar a la intemperie de una manera frugal y valiente…
Oigo sus sustanciosas conversaciones entre risas y lamentos, cual rumores subidos a lo más alto:
Qué ínclita legión de amantes de este ciudad han contribuido a dar brillo y prestancia a nuestro patrimonio para que ahora vengan advenedizos que no tienen ni peregrina idea de lo que se ha de hacer para conservarlo y mejorarlo…
Se han marcado como objetivo principal destruir, de un plumazo, nuestra acendrada historia que tanto ha costado levantar. Siempre ha sido más fácil destruir que construir… y lo primero es lo que algunos pretenden hacer con determinados espacios ubedíes de especial enjundia, pues truecan, cual vil moneda, plazas recoletas en ultramodernos y feísimos esperpentos, que no harán más que delatar, a sus impulsores y promotores…, y que actuales y futuras generaciones han de tener muy en cuenta, pues con ese baldón pasarán a la historia local…
¿Y qué opináis de la suciedad circundante y de la falta de civismo en pintadas…?
Ojalá el nombramiento de Patrimonio de la Humanidad sirva para rectificar desafueros ya cometidos ‑y que se siguen haciendo‑. Y se adoquinen las calles principales, peatonalizando el entramado histórico, donde únicamente habite el agradable sonido provocado por calzas de personas o herraduras de caballos, y no se destruya lentamente, como si de una muerte paulatina se tratase, esta joya que tantas generaciones de ubetenses y foráneos hemos conseguido levantar… Dios quiera que desde este límpido cielo podamos acuñar la frase De Úbeda al Cielo,porque sus gentes, y sus dirigentes, sean verdaderos amantes de la cultura y de la conservación de todo tipo de patrimonio… Esperemos, Juan de Yepes, que esto sea una patente y dichosa realidad…
—Así lo espero y deseo Francisco, pues nuestra Úbeda bien lo merece…
Úbeda, 5 de diciembre de 2008.