Poesía inédita, 8

02-06-2009.

130
Give peace a chance
 
A John Lennon.

Disparo caliente de escarabajo azul,
como tu «imagine» con ecos y lápidas, 

sin querer, ya lo sabes,
sólo miles de gargantas clavadas la reja de tu guitarra,
a ojos saltones,
yo diría que arañas de fuego,
tal vez no, quién sabe.

De nuevo tu música estridente,
cascabeles, guiños, cabriolas… Lo de siempre.
Paz olvidada, escarabajo verde,
como tu marihuana perseguida por el cristal,
sin querer, ya lo sabes,
sólo la fragua mordiendo parpados enrojecidos,
la vida que es así, mundo
inhóspito y desierto… Lo de siempre.

Otra vez suena tu paz «imagine»
de escarabajo blanco; oko ono despierta
junto a tu risa cortada,
primeras lágrimas en la acera negra,
sin querer, ya lo sabes,
sólo un pañuelo de góndola y purpurina,
yo diría que algodón sin sentido,
tal vez me equivoque,
quién sabe lo que pasa en estas horas de huecos.

Paz para ti, lennon redivivo,
bítel blanco y azul, quiero decir verde,
esperanza frustrada. Otro futurible,
sin querer, ya lo sabes… Lo de siempre.

«Manos abiertas»
131
Poema cero
Me despido del vientre, ¡perdonadme!
Es el sol quien me acalla las palabras
a través de las cosas para siempre;
es bueno que juguemos a encontrarlas
en la boca del lobo Harry Haller.
Me despido del agua, ¡comprendedme!
Es la luz quien me quema las palabras
a través del fogón que nos consume;
es bueno que perdamos sus fonemas
en el grito del lobo Harry Haller.
132 (Jinete 3)
Sexo
Ojos            labios          nuca            pelo
cuello de cisne                 pezón
piel de canela          cadera
muslo                    ombligo         quita‑y‑pon
ingle caliente          cojón
clítoris                    peo              chumino
pene a mitad de camino
corrimiento venial
quiero un pecado mortal.
 
DE UN ESPEJO CÓMPLICE (1992)
133
Albas
[…]
‑4‑
Probablemente, el dios duerme todavía,
cuando chilla esa rueda del comboio
‑en esta nueva aurora‑
que nos reta a descubrir el mundo.
Y todo empieza a disfrazarse de nuevo:
el ciclo de la sal,
el olor de esta lluvia,
algún suicidio viejo,
la luz de los metales,
el input de la bolsa…
Porque el dios siempre duerme,
este retal de vida es sólo mío.
‑8‑
Parece tallada en un bajorrelieve,
ciega en la luz, tallada en los almendros:
parece que pronto soltará una gota de su cuerpo de sal:
parece una doncella de postal,
fértil en su sueño de leves erotismos:
parece un mármol o un bronce de estatua antigua,
dura en la piedra, ardiente en el deseo:
parece un dios femenino apretando sus muslos de calambre.
Y sobre ella siembro mis ruinas.
 

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