16-01-2009.
(Microrrelato)
145 palabras
145 palabras
Estaba profundamente dormido. En sueños escuché un llanto. Parecía el de un niño recién nacido.
Desperté sobresaltado y algo aturdido. Abrí la ventana. ¡El llanto seguía, entrecortado! Miré y sólo descubrí la luna llena. ¡Qué extraño! No había nadie. Intenté conciliar el sueño. ¡Pero el llanto seguía! A veces cambiaba de tono.
¡Imposible dormir! Bajé, con sigilo, las escaleras; abrí la puerta y, a la luz de la luna, ¡la vi! Lloraba como un niño. Sus ojos rasgados y brillantes quedaron fijos en mis pupilas. Era blanca, de ojos azules y penetrantes.
Vi que buscaba sin cesar. Lloraba y lloraba. ¿Por qué? Me pregunté, sin esperanza de encontrar respuesta. Sentí el frío de la madrugada. Ella me miró con angustia.
Y en la profundidad de su mirada, descubrí el misterio: ¡lloraba por sus hijos perdidos!
Unas amargas lágrimas rodaron por las mejillas de Luna.
Julio de 2008.
biedma2@gmail.com